Hombre, David, a estas alturas del partido, prometer una comisión de investigación como que no me sirve para mucho.
Y así, mientras esperamos el comunicado de José María Aznar donde nos comunique que rompe toda relación con el magnate australiano, debemos parar mientes en el punto central de la crítica laborista al premier, tan certera como interesada. Hablo del fichaje de Andy Coulson, el director de News of the World, rey de las escuchas telefónicas a todo quisqui, que más que noticias del mundo parecía dirigir un medio de 'private news' o cúmulo de intimidades que nunca debieron convertirse en noticia. Es lo que tiene la intimidad: se pervierte cuando deja de ser íntima por lo que no debe convertirse en papel impreso, o en televisión emitida, tanto si lo desea el protagonista como si no… que es el caso que nos ocupa.
Cameron asegura que cuando fichó a Andy Coulson como portavoz desconocía sus actividades, no ya delictivas, sino inmorales, que es más grave. Ahora bien, sabiendo el medio amarillo que dirigía Andy, ¿por qué le otorgó tamaña responsabilidad? Es como si el presidente del Gobierno español hubiera fichado como jefe de prensa a Jorge Javier Vázquez, de Sálvame a La Moncloa. Y la comparación es pertinente porque en España no existe la prensa amarilla pero sí la televisión amarilla, más conocida como telebasura o directamente telemierda.
Supiera o no supiera las escuchas encargadas por el bueno de Andy debía sospecharlo, porque a las personas se les conoce por sus frutos. Vamos, que Cameron es culpable, aunque me temo que los investigadores serán durísimos con Murdoch y menos duros con el premier conservador. No me pregunten por qué.
Eulogio López
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