Sr. director: 

Mientras Bush trata de mostrarnos la cara amable de su selectivo criterio de defensa de la vida movilizando contra el aborto y prometiendo firmar la prohibición del aberrante aborto tras nacimiento parcial que se practica en el país de la libertad, Caritas nos recuerda que el pueblo irakí sufre más de una década de de un embargo ineficaz, cruel y peligroso. Las sanciones son «ineficaces porque el régimen -su objetivo oficial- no se ve afectado por ellas. Son crueles porque es la gente pobre y vulnerable del país quienes sufren su impacto (hambre, malnutrición, enfermedad y un incremento dramático de la mortalidad infantil),  y son peligrosas porque han contribuido enormemente a dañar la estructura de la sociedad iraquí y han suscitado fuertes resentimientos hacia los poderes occidentales». En resumen, que tras años de torturar y asesinar a miles de niños no nacidos en su propio territorio y a cientos de miles, nacidos y no nacidos, en el territorio de Irak, ahora resulta que !

los ineficaces, crueles y peligrosos norteamericanos vienen a salvarlos a todos en nombre de la libertad, la democracia y el aprecio por la vida, aunque eso exija rematar a algunos cientos de miles de personas más ¡Vaya tela! O sea, que la particular forma de reconocer y rectificar el fracaso del bloqueo al pueblo de Irak  y la desastrosa política abortiva norteamericana, es la guerra. Las diversas formas de atentar contra la vida no son cromos de una baraja para intercambiar unos por otros. Si se está por la vida se está diciendo NO al aborto, NO a la eutanasia, NO a la pena de muerte, NO al hambre, NO a las epidemias y NO a la guerra. Quien quita uno solo de esos noes no es alguien que tiene cosas buenas y cosas malas sino un defensor de la cultura de la muerte. En este caso concreto, del lider, que es como a él le gusta figurar, por más días que declare en su país por la santidad de la vida humana. Y porque los demás no somos menos ineficaces, crueles y peligrosos, sino sólo sus vasallos.

Serafín García Herreros