- Y de paso se carga la norma básica del respeto a los depósitos bancarios (que no a las inversiones).
- Ni en Bruselas ni en Berlín. Nadie quiere asumir responsabilidades.
- Es más, el BCE, el mejor instrumento de Merkel, sólo ofrecerá liquidez hasta el lunes.
- Y el Eurogrupo asegura que un país con 1 millón de habitantes puede provocar un riesgo "sistémico" en toda la Eurozona (más de 300 millones de habitantes).
- Al final, serán los propios chipriotas quienes saquen el dinero que les exigen.
Empezando por el final. Serán los propios chipriotas quienes, con dinero de la Iglesia Ortodoxa -más bien patrimonio y con los fondos de pensiones de los funcionarios-, paguen la extorsión que les exige Europa. Una eurozona con más de 300.000 millones de habitantes extorsiona a un país de 1.1 millones y pretende tocar lo que siempre se consideró intocable: los depósitos bancarios. Los depósitos sí son ahorro e incluso pura liquidez primaria para vivir. No son inversiones.
Los rusos, que utilizaban la isla como instrumento para blanquear su dinero, están dispuestos a prestar dinero a Chipre. Pero no es un préstamo, es decir, más deuda, lo que los chipriotas necesitan. En cualquier caso, si hay dinero negro en Chipre se trata de perseguirlo y regularizarlo, no de imponer una tasa impositiva feroz, tanto al dinero negro como al blanco.
Y en Bruselas, los que parece que mandan, y en Berlín, los que realmente mandan, nadie se hace responsable de la extorsión pero continúan extorsionando. Así, si los chipriotas no ceden, el lunes se les retirará la liquidez del Banco Central Europeo, donde manda Alemania.
Y encima los eurócratas acusan a Chipre de crear un riesgo sistémico. Así lo pretende el Eurogrupo, mientras Bruselas y Berlín se esconden.
Lo de Grecia fue un fracaso europeo por insolidaridad pero lo de Chipre amenaza con ser peor; un corralito en toda regla. Y si el Gobierno de Nicosia cede, cuidado: el precedente puede ser excesivo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com