En Los Desayunos de TVE, Albert Boadella, fundador de la plataforma Ciudadanos de Cataluña, que hoy se presenta en Madrid, explicaba que en Cataluña, hay un espacio no nacionalista que no está representado, que considera que no estamos por el nacionalismo, los territorios no tienen los derechos, sino los ciudadanos. En Cataluña la política nacionalista desactiva a muchos ciudadanos, porque es gente que no le interesa para nada la política nacionalista, nosotros aquí creemos que tenemos nuestro espacio. Hay una parte importante de Cataluña que no quiere jugar a lo nacionalista.
Boadella ha señalado que después de tantos años de nacionalismo en Cataluña, llega un momento en que estamos saturados, la pesadez se ha impuesto. Y tienes una especie de reacción visceral contra la claustrofobia y tratas de inducir a los ciudadanos hacia otras miradas. Aunque ha reconocido que su incursión en la política es provisional: Para mí esto es provisional, yo me dedicaré al teatro, y cuando todo esté montado, estaré en un segundo plano.
También indicaba el dramaturgo que su iniciativa ha tenido una aceptación muy notable en Cataluña, hemos hecho mucho trabajo a través de internet, y ha existido un foro muy importante de ciudadanos y muchísimas adhesiones y tenemos la impresión de que tenemos un espacio y de que podemos penetrar en el parlamento. Es un partido con un gran espectro de tendencias.
Boadella ha definido la situación que vive Cataluña como caótica, el estatuto lo ha llenado todo, y ha sido la excusa para distraer los problemas esenciales de los ciudadanos y lo único que ha conseguido es que los partidos se peleen unos son otros. El estatuto parece un reglamento deportivo, una minis constitución, es muy arriesgado, las leyes deben ser menos amplias, menos precisas, y es nocivo para Cataluña.
Si ciudadanos por Cataluña llegase al poder, lo que haríamos es tratar de hacer algo muchísimo más plural, las cuestiones lingüísticas, tratar de devolver las cosas a la normalidad, las normas lingüísticas se han hecho para relegar al castellano, derogaríamos estas normativas y trataríamos de que los hechos históricos y diferenciales no movieran la política. Creemos que la política tiene que ser algo para hacer feliz materialmente a los ciudadanos, de lo espiritual ya se ocupa cada uno.