Era un farol, estoy seguro, porque conozco pocos esposos que logren evitar las requisitorias de su media naranja pero la anécdota resulta pertinente.
El próximo domingo 20 la Iglesia celebra la XLVI Jornada de Comunicaciones Sociales. Benedicto XVI habla del silencio a quien nos pasamos el día hablando y escribiendo. Dice cosas como las siguientes: "En el silencio escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro. Callando se permite hablar a la persona que tenemos delante".
No sé si Benedicto XVI estaba pensando en los tertulianos de radio y TV pero a lo mejor sí. El formato estrella de los medios españoles -la tertulia- ha degenerado un poquito porque, al parecer, se trata de hablar más, no menos, y siempre por encima del adversario.
El mundo actual, no sólo el mediático, es muy ruidoso, lo cual eleva el valor del silencio, aunque todos nos guiemos por aquello de quien carga otorga y quien más chilla tiene razón. Al parecer, los sonidos del silencio han enmudecido.
Eulogio López
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