Como tudo na vida, a Vivo tem um preço. Es la frase que ha dado la vuelta a los mercados financieros durante la mañana del lunes. El mérito corresponde al Diario de Negocios, el rotativo especializado portugués que ha entrevistado al líder del Banco Espirito Santo (sí, de Cristiano Ronaldo) Ricardo Salgado. Negocios, realiza, además, un pormenorizado análisis de la oferta de compra del 30% de la brasileña Vivo que Telefónica le hace a Portugal Telecom, por 5.700 millones de euros.
La frase supone todo un cambio, porque Espirito Santo es el segundo accionista de Portugal Telecom (PT) sólo por detrás de la propia Telefónica. En pocas palabras, las declaraciones de Salgado, el más famoso banquero portugués, supone simplemente, que un accionista caracterizado sí está dispuesto a negociar con Telefónica la venta de Vivo, quizás porque no puede negarle a sus accionistas, ni a los de PT, una oferta que conlleva una prima del 140%. Y oiga, con 5.700 millones de euros puedes comprar algo hasta en Brasil.
De inmediato, la autoridad bursátil lusa exigía explicaciones a Telefónica. ¿Va usted a lanzar una OPA sobre la matriz, Portugal Telecom? La cosa ya estaba caliente, porque el director financiero de Telefónica, Santiago Fernández Valbuena, había asegurado al Financial Times que Telefónica no pretende comerse a la teleco de bandera portuguesa, pero tampoco descarta la operación si PT se niega a vender Vivo. Y dijo más: si no aceptan la oferta, la operadora española puede paralizar la repatriación de dividendos de VIvo, algo vital para que PT cuadre sus cuentas. Enseguida le respondía el número uno de PT, Zeinal Bava, quien acusaba a los españoles de chantaje. ¿En qué radica el presunto chantaje? Pues muy sencillo: a Telefónica le interesa Vivo, no PT. Ahora bien, gane o pierda la batalla de Vivo, lo que tiene claro César Alierta es que no pinta nada en PT donde posee un 10% y no manda en absoluto y, además, hay otra manera de comerse Vivo, que es comerse a PT. Difícil sí, porque el Gobierno luso puede interponer el veto, pero...
Dicho de otra forma, Salgado ha abierto la primera brecha en un muro hasta ahora compacto, un muro antiespañol, formado por las fuerzas vivas portuguesas pero también, no lo olvidamos, por el Gobierno de José Sócrates. Y una cuestión que no conviene olvidar: Telefónica ya ha aclarado que no piensa subir su oferta.
En cualquier aso, conviene enmarcar la frase en su contexto. Veamos. PT y Telefónica posee a pachas la sociedad Brasilcel, tenedora del 60% de la operadora de móviles brasileña Vivo. Telefónica, además, ya posee el 10% de PT y en su momento apoyó al grupo portugués SONAE, que lanzó una OPA sobre PT y que prometió a Telefónica que le vendería Vivo.
La OPA no salió adelante y ya en aquel momento, los portugueses pidieron auxilio a Carlos Slim, el gran enemigo de Telefónica. Precisamente por eso se ha armado tanto revuelo con la conversación mantenida por Slim y el presidente de La Caixa, Isidro Fainé, el pasado fin de semana.
Telefónica se ha lanzado al ruedo con una oferta generosa: 5.700 millones de euros por el 30% de Vivo, con la intención de plantearse luego una OPA de exclusión si así lo solicitan los minoritarios, en las mismas condiciones y fusionar la móvil Vivo con la fija Telesp.
De entrada la oferta, que representa el 80% del valor de Portugal Telecom -sobre un 30% de la filial Vivo, ha vencido muy bien a la cotización de PT, que ha llegado a subir por encima del 5%. Ahora bien, si no se llevara a efecto y si encima, Telefónica se fuera de PT, lo cierto es que la acción se derrumbará.
En cualquier caso, con Vivo se están viviendo dos batallas. Por una parte, los intereses soberanos contra los del mercado. Es evidente que si Salgado ha cambiado de opinión es porque los accionistas de PT y de Espirito Santo no le perdonarían que desaprovechara una plusvalía como ésta, por muchos que presione el Gobierno portugués. Y una segunda batalla: la que se libra por el alma del capitalismo entre propiedad y gestión. En otras palabras, PT cometió el error de responder negativamente, en cuestión de horas, a la superoferta de Telefónica. Ahora, un dominical como Salgado, que representa el 8% del capital, tiene que dar marcha atrás y abrir la vía de la negociación. Y qué dirían los fondos propietarios de Portugal Telecom o sencillamente el accionista individual. De hecho, Alierta se ha marchado a convencer a los fondos propietarios de PT a Londres, París y Nueva York. En pocas palabras, los consejeros de Portugal Telecom tienen muy pocas acciones de la compañía. No les importa la oferta sino mantener el cargo.
Una última cuestión: lo que se está demostrando es que Telefónica es una de las pocas operadoras europeas en posición compradora. Quiere crecer en Brasil y está dispuesta a pagar por ello, pero también se le atribuyen muchas ganas sobre Telecom Italia y sobre la holandesa KPN.
Y sí, tiene muchas ganas.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com