La Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno "es innecesaria", porque "avanzar en laicidad no es condicionar la libertad religiosa, sino todo lo contrario". La laicidad o la aconfesionalidad no viene a librarnos de la religión, sino a hacernos oficialmente libres para su práctica.
Por ello, una ley de libertad religiosa tiene sentido sólo en las dictaduras para garantizar la libertad religiosa o para acabar la labor iniciada previamente en países que han pasado por una dictadura. Por eso, actualmente, según opinión de Navarro Valls, "la Ley de Libertad Religiosa no tiene demasiado sentido, porque las cosas que supone la verdadera libertad religiosa ya están tuteladas".
El proyecto de ley preparado, frente a la ley anterior, tiene muchos más artículos (casi 40 frente a los 8 de la ley vigente), algo que los técnicos interpretan en términos restrictivos. La ley vigente ofrece un marco más amplio, mientras la ley preparada por el Gobierno parece más una ley contra la libertad religiosa que de libertad religiosa realmente. Esperemos que la audiencia en Barcelona del Presidente con el Papa sirva para dar carpetazo a un proyecto innecesario.
Jesús D Mez Madrid