• La CE había previsto un déficit público del 7% sin contar con las ayudas a la banca y del 10,2% con esas ayudas.
  • Luis de Guindos se empeñó en que la aportación del Estado al banco malo no podía computar como déficit público.
  • Pero al final, ese dinero tendrá que salir de los bolsillos de los ciudadanos.
Este miércoles, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (en la imagen), ha anunciado que el déficit definitivo del año 2012 se ha situado en el 6,7%, cuatro décimas por encima del objetivo pactado con Bruselas (el 6,3%), y que en términos estructurales el déficit se ha rebajado en 3,5 puntos porcentuales.

Estas han sido sus palabras, en respuesta al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba: "El déficit que mandaremos a la CE quedará al final en el 6,7%, lo que supone un enorme esfuerzo para el conjunto de la sociedad porque en términos estructurales (el esfuerzo de reducción) será del 3,5%. Esto no lo había hecho antes ningún país en la OCDE. Esto aumenta la confianza en España y hace que sigamos convencidos de que, aunque todavía no se han producido resultados, la política económica que llevamos a cabo es la buena".

A pesar de que el 6,7% es cuatro décimas más que el objetivo comprometido con Bruselas, la cifra anunciada este miércoles por Rajoy mejora la previsión que el pasado viernes realizó la Comisión, que estimaba un déficit público del 7% sin contar con las ayudas a la banca y del 10,2% teniendo en cuenta las mismas.

Pero ya publicamos la semana pasada que Europa considera que los 40.000 millones de ayudas al sistema financiero español elevan hasta el 10,2% del PIB el déficit en 2012, según explicó el comisario europeo, Olli Rehn. Y eso, pese a que la cifra final que se tendría en cuenta será la del 7%.

Como explicamos, el ministro de Economía, Luis de Guindos se empeñó en que la aportación del Estado al banco malo no podía computar como déficit público. Por eso, el Ejecutivo estableció que el 51% del capital de la sociedad debía proceder de empresas privadas, aunque éstas no han tenido que ver en los nombramientos y decisiones que ha tomado la SAREB hasta la fecha. En cualquier caso, y a pesar de esa maniobra contable, la aportación del Estado al banco malo (49%) tendrá que salir de algún sitio, y ése no es otro que el de las cuentas del Estado. Así que, al final, el rescate bancario lo pagaremos todos.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com