El fabricante de automóviles General Motors declaraba oficialmente la suspensión de pagos este lunes. Es una de las pocas certezas que ofrece la compañía después de un fin de semana de negociaciones sobre el futuro de Opel. El consorcio de Magna Internacional se hizo con la marca, pero anuncia que tendrá que echar a 11.000 de los 50.000 empleados.
El Gobierno alemán y los landers se han preocupado por el futuro de sus plantas, no así los gobiernos de Gordon Brown y José Luis Rodríguez Zapatero. Por ello, los sindicatos del Reino Unido han levantado la voz contra el Primer Ministro por no defender los 5.000 puestos de trabajo en las factorías del país. No ocurre lo mismo en España, donde Zapatero pidió el apoyo y el cariño de los sindicatos y lo está obteniendo. Los representantes de los trabajadores se ven entre la espada y la pared por su volunta de ser dóciles al Gobierno y la preocupación por el futuro de las factorías españolas, unos 7.500 empleados concentrados sobre todo en Figueruelas.