- Ofrece un bono público de 1.000 millones de euros: ¿En concepto de qué? Nadie lo sabe.
- Repsol intenta acelerar el proceso de inversión en Vaca Muerta, pero nadie quiere acompañarle en Argentina... porque temen a los Kirchner. Ni tan siquiera los chinos.
- Lo peor: que hunda YPF por la presión ultra de La Cámpora.
- Y Fitch aprovecha para rebajar la calificación de Repsol.
Máximo Kirchner, el hombre que manda en Argentina sin cargo publico, hijo de la presidenta Cristina Fernández y dueño del grupo de jóvenes ultras La Cámpora ya ni esconde su campaña de chantaje y extorsión a la petrolera española Repsol, propietaria de un 57% de la argentina YPF.
La única reunión , la mantenida ente la cúpula de Repsol y una delegación del Gobierno argentino, bajo el mando de Axel Kicillof, número dos de Economía y distinguido miembro de La Cámpora, llegó a un punto muerto cuando Kicillof exige a Brufau que Repsol adelante el equivalente a algo más de 1.000 millones de euros, a cambio de un bono del Gobierno argentino.
Como Brufau se negó, comenzaron las amenazas: no se nacionalizaría YPF –porque para nacionalizarla hay que pagar- pero se lanzó a los gobiernos regionales a suprimir licencia de YPF. Conclusión: a los tribunales.
A partir de ahí, Repsol intenta acelerar la inversión en Vacamuerta, es decir, buscar compañeros en el proceso, tal y como se le indicó al Gobierno Kirchner. Pero es que el grupo ultra La Cámpora, que lidera Máximo Kirchner, no quiere que se invierta en Vaca Muerta -¡cuán largo me lo fiais!-, lo que quiere es dinero fresco, ya.
Ahora bien, el problema ya no es de extorsión sino de desprestigio de la posición argentina en el mundo. Porque cuando Repsol se ha ido a buscar compañeros de viaje se ha encontrado con que nadie quiere acudir a un país donde un grupo ultra puede modificar de la noche a la mañana la política del Gobierno.
Y de postre, la agencia de riesgo FITCH a lo suyo: ha rebajado la calificación crediticia de Repsol por mor de YPF. Cada uno a lo suyo.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com
