Arcadia es un film de difícil catalogación puesto que se encuentra a caballo entre el thriller, el drama social y la comedia de humor negro. Aborda la historia de Bruno, un ejecutivo de la industria papelera que está desesperado tras quedar en paro por una reestructuración laboral. Para conseguir empleo, y preservar su bienestar personal y el de su familia, llegará a tomar medidas drásticas. Así, no encontrará otra solución a su problema que aniquilar a todos los posibles competidores al puesto de trabajo que aspira en Arcadia, la multinacional papelera por excelencia. Pero su plan asesino, lógicamente, lleva aparejado muchos peligros y también remordimiento.

 

El director Costa Gavras (Z, Desaparecido, La caja de música), habitualmente creador de historias de política-ficción, ha cambiado de registro en Arcadia, basada en un best-seller de Donald Westlake (The Ax). A través de esta historia de humor de negro, algo demenciada pero muy ingeniosa, Gavras denuncia el actual mercado laboral de la sociedad capitalista, ese mercado que considera que un trabajador ya no es válido cuando sobrepasa los 40 años. Igualmente se analiza la excesiva importancia que se concede al trabajo (al que algunos ponen incluso por encima de los intereses familiares) y, de alguna forma, y como ha afirmado el propio director es un retrato futurista de la normalidad belicosa de nuestra vida diaria.

 

Arcadia es demoledora a la par de divertida en su desarrollo, muy aconsejable para el espectador que aprecie el humor inteligente.

 Un último dato, el nombre Arcadia es un pequeño guiño cinematográfico porque es el de la población griega donde nació Costa Gavras.

 

Público apropiado: Adultos a los que les vaya el cine de denuncia social