Mucho revuelo se ha levantado desde que la Santa Sede decidiera retirar su apoyo a Amnistía Internacional (AI) por su decidido apoyo al aborto en países en vías de desarrollo donde el aborto no está despenalizado. La propia organización reconoce que "solicita a los Estados que legislen sobre un problema de salud pública y derechos sexuales y reproductivos". No obstante, señala que esta posición "no supone estar a favor del aborto, sino que señala a los Estados un tema que afecta a las mujeres de todos los países".

En concreto, AI reconoce que "postula, pero no hace campaña" por: la despenalización en todos los casos, los servicios de salud efectivos para las complicaciones que puedan derivarse de un aborto, y la legalización de la ‘interrupción voluntaria del embarazo' en los casos de violación, incesto y riesgo de vida para la madre.

La plataforma ciudadana Muévete Chile ha puesto en marcha una campaña de información ciudadana y boicot a la ONG y ha recibido una respuesta de AI en la que se afirma que "no promueve el aborto como derecho universal" ni se pronuncia sobre si el aborto es justo o injusto, manifestándose –eso sí- claramente "opositores" al aborto forzado, "sin excepción".

AI añade que "tras una larga y cuidadosa consideración", actuará para que los Estados faciliten información completa en materia de salud sexual y reproductiva y "deroguen las leyes que permiten acusar, encarcelar o imponer otras sanciones penales a las mujeres por procurar un aborto o someterse a él". Además, AI pedirá que se garantice que cualquier mujer que sufre una complicación derivada de un aborto tenga acceso a los servicios médicos que precise, "con independencia de si el aborto se practicó dentro de la legalidad o ilegalmente".

Por último, AI también propone que se garantice el acceso al aborto en caso de violación, agresión sexual o incesto o si el embarazo supone un riesgo para su vida o su salud. "En algunas ocasiones, el marco laico de derechos humanos que Amnistía Internacional defiende coincide con los puntos de vista de ciertas comunidades de fe, y en otras ocasiones no", reconoce AI. Por último, la ONG internacional no quiere meterse en el debate sobre el comienzo de la vida: "Algunas personas creen que la vida comienza en el momento de la concepción y que, por tanto, el aborto representa una violación del derecho a la vida del feto. Amnistía Internacional, fundándose en el derecho internacional, no adopta ninguna postura sobre cuándo comienza la vida".

Luis Losada Pescador