Sr. Director:
Parece obvio afirmar que la extrema derecha ha vuelto a aparecer después de unos años en franco declive, saltando a la palestra público-informativa el pasado noviembre con el crimen del metro de Legazpi.
Dura vuelta a escena el hacerlo con un asesinato, aunque eso parece no importar demasiado en las amnésicas sociedades del conocimiento, donde la novedad "es lo que vale". ¿Por qué rescatar entonces justamente ahora lo ocurrido hace ya tres meses y medio? Pues porque en elecciones la actividad frenética no sólo se reduce a los partidos mayoritarios, sino que también ocurre en el resto de formaciones, entre ellas, la amplia gama de organizaciones de la extrema derecha. Esto da lugar a situaciones tan paradójicas como que Democracia Nacional, partido convocante de la trágica manifestación del barrio de Usera, vaya a celebrar un mitin electoral en Madrid en nada menos que un colegio público o que a Nación y Revolución se le permita el viernes 29 hacer un acto electoral en Tirso de Molina, en clara provocación, justo delante de la sede principal deEscudándose en la libertad de ser organizaciones legales y presentarse a las elecciones, se escucharán estos días en todo el estado proclamas racistas, nacionalistas radicales y en menor medida, ya que retorna la prudente y vieja idea de "guardar las formas", violentas. Y para finalizar, querría lanzar una pregunta al aire que es necesaria afrontar tarde o temprano: ¿la ley de partidos sólo puede funcionar con la izquierda abertzale?
Javier Pérez Orgaz
Perik_00@hotmail.com