Sr. Director:

Pocos días después de las Elecciones Generales del 9 de Marzo, le escribía yo una carta, que amablemente publicó, en la que manifestaba mi punto de vista según el cual, quienes se presentaron por el Partido Familia y Vida (o cualquiera de los otros 3 que defienden sin complejos la defensa de valores) deben sentirse tremendamente orgullosos, y no cejar en el empeño de ofrecer una alternativa política basada en principio claros.

Planteaba en esa carta la que el Congreso del PP del mes de Junio debería clarificar hacia donde quieren llevar el país este partido, al que muchos de sus votantes consideran "el mal menor" o, peor aun, el "voto útil".

Y aunque me fastidia ser profeta, veo cómo, sólo 2 meses después, el PP va dejando escrito, con una claridad meridiana, hacia donde quiere llevar España. Lo que me fastidia, concretamente, es que la dirección apunta hacia la nada.

El mismo lugar hacia donde nos empuja el PSOE, y donde impera el relativismo y el dominio del estado. Sólo que, abusando del símil que un día formulo Tolkien al hablar de la conversión de su amigo Lewis, el PP va a hacernos entrar por la ventana.

Pues ya que se me ha dado bien una vez, permítame el señor Director volver a aventurar lo que ocurrirá en Junio.

Las posibilidades son que los Camps, Montoro y compañeros barones miren para otro lado y respalden a Mariano Rajoy, porque los principios no van con ellos, o que sufran una revelación y respalden una vuelta a los fundamentos.

Lo anterior no profetiza nada, claro está. La profecía viene ahora. Mariano Rajoy se mantendrá en el partido. Como ha demostrado sobradamente, es un hábil negociador y no va a permitir que se le escape el Congreso de Junio entre los dedos, por unos valores que, a su entender, le alejan del "centro", sea lo que sea ese tal "centro".

Mi bola de cristal no me deja ver que harán en consecuencia los Arístegui, Vidal-Cuadras, Oreja o San Gil, ni el resultado que obtendrá Rajoy en 2012. Pero ya tendré tiempo de cambiarle las pilas durante el verano para preparar la siguiente profecía.

Eduardo Méndez

e_mendez_polo@yahoo.es