El viernes, en cambio, instaba al Gobierno a no obviar el malestar de Cataluña

No se puede ser presidente de los empresarios españoles, y al mismo tiempo defender las tesis de los independentistas de tu región. Juan Rosell, el máximo dirigente de la CEOE, ha reflexionado ante las críticas recibidas y donde dijo digo, ahora dice Diego: "Es una barbaridad que Cataluña quiera la independencia" ha dicho en declaraciones a Onda Cero, y ha añadido que "una secesión mermaría los beneficios de los empresarios catalanes y las de todos". Unas declaraciones muy sensatas que también podría haber hecho el pasado viernes.

Tras las críticas recibidas y las discrepancias de federaciones de empresarios de otras regiones a los que la CEOE también representa, como pueden ser los madrileños o gallegos, Rosell se ha dado la vuelta del revés como un calcetín. El viernes, al tiempo que defendía la unidad de mercado, manifestaba que había que estudiar y resolver de una vez por todas los problemas de  financiación de Cataluña.

También justificaba la sensación de malestar de los catalanes. "Sería estúpido", llegó a decir, no hacer una modificación constitucional que pudiera beneficiar a todos.  El estado de las autonomías no funciona, dijo, al tiempo que instó al Gobierno a no obviar el malestar de Cataluña y resolver el problema. Tan directo se mostró que más de uno le confundió con otro Rosell, Sandro, el presidente del Barça, quien también se ha metido en camisa de once varas este fin de seman: se ha definido como catalán y catalanista,  y "ha dicho que defenderá el derecho de los pueblos a decidir su futuro".

Sara Olivo
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