Sr. Director:
Si a una adolescente le duele la cabeza durante las horas de clase, y pide un analgésico en su colegio, de acuerdo con la normativa vigente, éste no se le puede dar sin que haya autorización verbal o escrita de los padres.

Sin embargo, en una farmacia  podrá comprar sin receta la píldora del día después, y meterse un chute de hormonas sin control médico alguno. Pero, en fin, si es para que no se hable de la crisis

A nuestro Gobierno parece que no le importa que esa píldora tenga efectos abortivos, ni que con su dispensación libre se está fomentando la promiscuidad sexual en la juventud.

Quizá necesita demostrar su talante progresista promoviendo el sexo libre, para que no le retraigan, los que acceden o accederán pronto a su primer empleo, lo difícil que lo van a tener para  conseguirlo. Para compensar, podrán evadirse de su frustración disfrutando del sexo sin miedo a las consecuencias.

Anna Batista Majem

annabatista07@yahoo.es