El bajón verde en Europa no se puede analizar sin considerar antes cuántos grupos ecologistas han sido fagocitados por la izquierda socialista durante las últimas décadas. Es más, a los verdes no sólo les viene mal integrarse en partidos tradicionales (de izquierdas), porque acaban fagocitados sino que tampoco les conviene la alianza coyuntural, aún manteniendo su independencia, con comunistas y nacionalistas.

 

Se trata de aprender el esquema del ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, que se pasó muchos años fuera del Parlamento negándose a aceptar los cantos de sirena de la socialdemocracia alemana… hasta que consiguió colarse en el Parlamento y hacerse socio ultra-imprescindible de la SPD. Ese es el modelo a seguir, por muchos años de travesía en el desierto que implique.

 

Y es que la ecología es una ideología emergente, en una Europa tecnocrática. La ecología ha caído en la izquierda como podía haber caído en la derecha. Y así, se ha convertido en la alternativa de futuro para la izquierda política… siempre que no se deje absorber por los partidos del sistema, que ahora son el centro derecha y el centro izquierda, con los liberales como adorno floral.