De inmediato los diarios españoles El País y El Mundo, han destacado enviados especiales a la zona, para dar cuenta a sus lectores de este inadmisible atentado contra la libertad religiosa. Llegados los equipos de reporteros a la zona, descubrieron que no eran los cristianos quienes masacraban a los hindúes sino lo contrario por la cual recibieron desde Madrid la orden de volver a la base. ¿A quién puede interesarle que se asesine, violente y extorsione a cristianos? ¿Al público español? No me haga reír.
Es lógico: ¿A quién puede interesarle que, en un país que representa una promesa económica para el mundo, se quemen iglesias cristianas, se asesine a los fieles y se les expulse de sus hogares y trabajos? Lo que no es admisible, en modo alguno, es que los chicos de Ben Laden se pongan a disparar contra los pobres indios -una de las potencias económicamente emergentes, no lo olvidemos- y que asesinen a un centenar de indios... y que encima la presidenta d la Comunidad de Madrid, doña Esperanza Aguirre, se vea obligada a pisar charcos de sangre, lo que es, se o aseguro, una experiencia poco gratificante. Y no, no fue Gallardón quien atentó contra Esperanza: eso esa más que demostrado. Pero aún así...
Tampoco resulta admisible que el ejército indio se tome la justicia por su mano y entre en Paquistán para asesinar musulmanes. En modo alguno.
Ahora bien, los cristianos, especialmente si son católicos siempre están provocando y no hay que olvidar que empezaron ellos quemando en la hoguera a Galileo, que, aunque es cierto que murió en un palacio a todo tren, fue moralmente abrasado por la caverna católica.
Esto ya no es una persecución educada, sino de lo más maleducada. La Iglesia está a la espera de que Zapatero organice una rueda de prensa en Moncloa, para denunciar esta masacre que atenta, a buen seguro, contra la Alianza de Civilizaciones. Y doña Teresa Fernández de la Vega presidirá una comisión de apoyo a los damnificados, en defensa del ejercicio de su fe. La convocatoria de prensa para explicar todos estos planes se espera a cada instante, porque esto ya empieza a ser una persecución muy poco educada.
Eulogio López
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