Sr. Director:
El 5 de julio se cumple el 22º aniversario del aborto en España, y las cifras de fallecidos por esa causa desde 1985 ya ha superado el millón de muertos, entre los que cabe contar los de mujeres extranjeras que vienen aquí a abortar por la permisividad de las autoridades españolas con ese desatino. Menuda catástrofe, causada voluntariamente, y no menos importante que muchas guerras. Es la primera causa de mortalidad en nuestro país.
El aborto es la muestra de la barbarie inhumana más enloquecida, una vomitiva degradación moral que comenzó en Rusia con los comunistas en 1920, se instauró en Estados Unidos en 1973 (sentencia Roe vs Wade) y nos llegó a España en 1985 con el voto de calidad de Tomás y Valiente, el presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA.
Los abortos se incrementan en el siglo XXI en nuestra sucia sociedad occidental ( hay muy honradas excepciones). No vale rebajar la ley de plazos como se pretende en Reino Unido, en donde las imágenes fotográficas de fetos grandes, ha alarmado a muchos. Es necesario limpiar la sociedad de las ideologías putrefactas y putrefactoras de la anticultura de la muerte, y ayudar a las mujeres embarazadas con problemas. La causa del aborto es, en la mayoría de los casos, la soledad y la pobreza de muchas mujeres embarazadas. Lo del riesgo para la salud psicológica de la madre es una pantomima en la mayor parte de los casos, pues sucede al contrario; pero permite lavarse las manos ante la justicia, a los abortorios, que se lucran birlando la ley mediante esa excusa.
Aprovecho para felicita a Red Madre por su campaña de apoyo a la mujer embarazada, y a todas las asociaciones pro-vida que velan por el niño no nacido y por su madre. No lo olvidemos, el que promueve, ejecuta o se somete a un aborto voluntario, incurre en pena de excomunión. "Dios misericordioso es lento a la ira; pero nada deja impune" (Ex 34).
Josefa Morales de Santiago
josefamorales40@gmail.com