Qantas ha vuelto a reducir beneficios en su último año fiscal (1 julio 2018 a 30 junio 2019), pues ha obtenido una ganancia neta de 543,8 millones de euros (-17%) por los altos costes del combustible y el efecto negativo del cambio de divisas. En concreto, lo primero le supuso un coste adicional de 374,6 millones y lo segundo, de 93,96 millones.
La aerolínea australiana está lejos de los beneficios más altos de su historia, que logró en el ejercicio cerrado en junio de 2016 (956 millones), y desde entonces ha vivido una montaña rusa, con un descenso del 17% en el año fiscal cerrado 2017, un aumento del 14,7% en el siguiente y ahora, de nuevo, una caída del 17%. Pero el CEO, Alan Joyce, ha destacado un desempeño “positivo” dadas las condiciones del mercado.
Los ingresos han crecido un 4,9%, hasta los 10.965 millones, pero se han diferenciado poco de los gastos, que han ascendido a 10.053 millones (+7,1%). Qantas y su filial regional Jetstar representan el 90% del mercado doméstico australiano y en el primer semestre del próximo ejercicio, se quiere aumentar un 1% la capacidad de las rutas internacionales.