Al igual que la original, este remake narra la complicada historia de amor entre dos jóvenes, Tony y María, que en el Nueva York del año 1957 se ven inmersos en las peleas entre los dos grupos raciales a los que pertenecen: los Jets y los Sharks latinos.  

Lo ha confesado en varias entrevistas, uno de los sueños del famoso cineasta Steven Spielberg era dirigir una nueva versión de su musical favorito: West Side Story. Y lo ha conseguido, de hecho su film solo tiene un problema: la película original, de Robert Wise y Jerome Robbins, del año 1961 que, como ésta, era una adaptación cinematográfica del musical de Broadway, era excepcional revisitando un clásico literario como es Romeo y Julieta, que contaba con la música magistral de Leonard Bernstein y letras del recientemente fallecido Stephen Sondheim.

Steven Spielberg respeta el tiempo en el se desarrollaba la primera cinta, finales de los años 50, y es continuista en su argumento pero le añade, con talento, una trama sociológica dramática que sigue estando de plena  actualidad: la rivalidad por la  falta de respeto al otro, por tener diferente piel y costumbres, que conduce a una violencia, descarnada en algún momento, violencia que no estaba presente en la versión original. Pero su musical tiene aciertos a la vista: la decisión de rodar en las calles reales y no en escenarios creados a tal fin (como ocurría en la de Wise) le da una luz maravillosa a la película, y ha acertado en la elección de la pareja protagonista, si de Ansel Elgort (Baby Driver) conocíamos su talento, la joven Rachel Zegler, tiene un aspecto muy adecuado para su papel pero, además, es una excelente cantante.

No obstante, a pesar de la calidad de este film, la mayoría de los que admiramos la película original seguimos esperando, en el transcurso de su desarrollo, escuchar esas canciones que son clásicos de la música de cine, temas como María o Tonight, e, inexorablemente, también hacemos comparaciones con la puesta en escena de algunos números musicales inolvidables. La salsa, parte nueva de la película, ha sido responsabilidad del compositor Gustavo Dudamel.

Para: los amantes de los musicales. dos buenos musicales de igual argumento, que invitan a la comparación.