La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús
(4-IX-2000)
Santa María: Creed, creed a mis profetas. Y como ayer, Dios continúa enviándolos y tienen la especial protección de mis manos purísimas. Yo también los sostengo, yo los preparo para su sublime misión. Creedlos, vienen de Dios. ¡Oh sí, niña! Yo también tiemblo al pensar en esta hora, al pensar en lo que os espera, pero ¡me inundo de gozo y me alegro!, al contemplar las maravillas que el Señor va obrando ya y obrará en vosotros y ver el lugar que os tiene destinado para la eternidad, donde seréis dichosos para siempre.