• Lo peor, suben los gastos; lo mejor, la morosidad controlada y a la baja.
  • La aportación de Línea Directa, este semestre, no ha sido como para tirar cohetes.
  • Y ahora hay que esperar a ver cómo resulta la 'bankinterización' de Portugal, su primer aventura en el exterior.
  • El sector, y el Banco de España, le echa en cara a Jaime Botín su 'desentendimiento', de la reconversión del sector.
  • Y peor que el padre es el hijo, quien ahora detenta todo el poder en la entidad: Alfonso Botín.
A pesar que para algunos analistas este jueves sea el banderazo de salida de la presentación de los resultados de las entidades financieras, para mí ya hubo un "espontáneo" que salió a la arena hace dos días (Abanca). Además, el caso de este jueves (Bankinter) resulta bastante atípico. Por tanto, yo creo que no han de marcar la tendencia de los que vendrán a partir del viernes. Y es así porque, sobre todo Bankinter, continúa siendo la nota libre dentro del panorama financiero español. El motivo de mi calificación está muy claro, la entidad dirigida por María Dolores Dancausa y comandada por Alfonso Botín (hijo de Jaime Botín) ha conservado una estructura y forma de hacer atípica dentro de las entidades financieras de referencia en nuestro país. Por ejemplo, hasta hace solo unos pocos meses no dio un segundo paso, después de su oficina en Luxemburgo, para competir en otros mercados internacionales, y lo dio con la adquisición del negocio minorista de Barclays en Portugal, y hoy por primera vez nos presenta los resultados que incluyen esta situación. La primera impresión sobre los resultados de Bankinter, correspondientes al primer semestre de 2016, puede inducir a una opinión eufórica: 286 millones de euros de beneficio neto, un 45% más que el obtenido durante el primer semestre de 2015. Pero si miramos este resultado sin el impacto del negocio en Portugal, el resultado ha sido de 203 millones, un 2,9% más que en 2015, ya que hay 103,7 millones del resultado extraordinario obtenido por la adquisición del negocio en Portugal. Hay que decir que el resultado neto de la entidad, sin tener en cuenta la incorporación de Portugal, se mantiene en la línea de trimestres anteriores, sobre todo si se tiene en cuenta que el coste de las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos y al Fondo Único de Resolución fueron incluidos en el 2015, en el cuarto trimestre, pero en este 2016 la aportación al FUR ya se ha incluido en el segundo trimestre. El margen bruto, dato que para mí será clave este ejercicio para ver la posible evolución de las entidades financieras, ha subido solamente un 0,1% sin Portugal, que ha aportado 28,3 millones, por lo que teniendo en cuenta esta aportación, el margen creció un 3,6% más que el obtenido en 2015. En esta cifra están incluidos los 16 millones de la plusvalía obtenida por la venta de las acciones de Visa Europa, por lo que el margen se ha mantenido con extraordinarios. El crecimiento de los costes operativos ha situado el margen de explotación un 2,4% por debajo del obtenido en 2015 sin Portugal y un -4,6% con Portugal, lo que nos dice que el margen de explotación de esta nueva incorporación es negativo al cierre del primer semestre. Las provisiones se mantienen en cifras similares al 2015 con una bajada en las destinadas a deterioro de créditos de 20,9 millones, un -15,6% interanual. Las cifras de morosidad continúan en la línea de la entidad, que mantiene un descenso constante en los últimos cinco trimestres y en este ultimo, se sitúa en un ratio del 3,75% sin Portugal, ya que con este la cifra se ha elevado al 4,25%, ambas cifras aún muy por debajo de las que presenta el resto de la banca española. Está claro que Bankinter está viviendo una transición, en un momento muy difícil, por la situación de los tipos de interés, que le afecta de forma especial por vocación minorista, y aunque tenga abiertas líneas de negocio alternativas como la aseguradora de Línea Directa, negocio que ha aportado un 4% menos este semestre. También Gestión de Patrimonios que mantiene una línea levemente ascendente donde administra 28.500 millones de euros, pero donde la competencia es también tremenda. Luego está el crédito al consumo, que continúa creciendo y ofreciendo productos de captación, como el último: disponer hasta 500 euros y ofrecer su devolución en cuatro meses sin intereses, o los esfuerzos que está haciendo encaminados a la digitalización total de la entidad, para la que acaba de nombrar un equipo directivo que acabe de dar el impulso necesario con el fin de situar a la entidad en la vanguardia y conseguir un ahorro de costes que rentabilice sus líneas de negocio. Pero pronto van a urgir mejores resultados, con permiso de la situación regulatoria de las entidades financieras, que podría demandar más garantías patrimoniales a la vista de la crisis italiana. Por otra parte, el sector, y el Banco de España, le echa en cara a Jaime Botín (en la imagen) su 'desentendimiento' del sector. En un momento en que la autoridad -y más será cuando se forme gobierno- apuesta por las fusiones o, al menos, por un proceso de reconversión que reduzca costes, dado que no hay ingresos. Pero don Jaime es muy suyo y él no colabora con nadie. Vamos, que no le da la gana comerse una entidad en apuros, por ejemplo. Algo así como Francisco González, presidente del BBVA, pero aún más eremita. Y lo malo es que su hijo, Alfonso Botín, que es quien ahora detenta todo el poder en Bankinter (vicepresidente de la entidad y director de la Comisión Ejecutiva) es aún más misántropo que su padre. Misántropo-corporativo, quiero decir. Así, en la mañana del jueves, durante la presentación de resultados, Dancausa repitió el mantra de los Botín: "Bankinter no va a participar en el proceso de fusiones". Al menon hemos avanzado. En una entrevista con Cinco Días, el pasado lunes, Dancausa afirmó que no habría fusiones bancarias. ¿A que sí? Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com