• El negocio bancario ya no es negocio: el beneficio de la entidad cayó un 44,2% en 2015.
  • Cuidado, porque en el entorno actual marcado por el BCE, resulta preocupante el aumento del 51% de la actividad crediticia.
  • La reducción de costes, el aumento de planes de pensiones y fondos de inversión y las menores provisiones no han sido suficientes para evitar la caída del beneficio.
  • Lo mejor: la morosidad baja al 8,9%, la ratio de solvencia alcanza el 11,95% y La ratio de capital total asciende al 14,4%.
  • Por cierto, la entidad está a la espera de compradores de CoCo que hereda de Caja3.
  • OJo, desde junio, los auditores tendrán que empezar sus informes por la opinión.
Póngase en situación. La nueva Ley 22/2015 de Auditoría de Cuentas que entra en vigor a partir del 17 de junio de 2016 plantea unos cambios interesantes en el contenido en ciertos aspectos de la profesión, así como, y de manera específica, en el contenido y desarrollo del informe de auditoría. En primer lugar, en cuanto a su estructura, los cambios establecen que el informe debe empezar directamente con la opinión para no hacer perder el tiempo a los usuarios. A nadie le interesa el resto. En segundo lugar en su contenido. El auditor, con el nuevo formato de informe, deberá reflejar todas aquellas áreas que en el transcurso de su auditoría, le han parecido especialmente importantes. Ello implica que en una auditoría basada en riesgos, el auditor debe poder enumerar todas aquellas áreas patrimoniales y de negocio con elevado riesgo y hacerlo, no sólo centrándose en los datos contables, sino incluso del entorno. Puestos en situación, valoren ahora realizar la auditoría de las cuentas anuales de entidades de crédito, en nuestro caso, de Ibercaja. Los riesgos actuales, reflejados en el dilema de Mario Draghi, presidente del BCE, que no tiene claro si hundir a la banca debajo de un montón de dinero o, incluso, regalarlo a los ciudadanos para que cancelen sus deudas -muchas ya ni rentables para los bancos-, conllevan encontrarnos con una entidad financiera con un nivel bajo de beneficios: 84,1 millones de euros al cierre del ejercicio 2015, un 44,2% menos. Y todo ello, aún, gracias a una cierta reducción de costes -un 16,8% interanual-, así como, especialmente, a una actividad desarrollada en productos ajenos a balance –planes de pensiones y fondos de inversión– que se acompañan de la creatividad aportada por la reducción de provisiones. No obstante la noticia, que no sabemos si será riesgo para el auditor pero a mi me preocuparía especialmente, es el incremento importante de la actividad crediticia, con un importante aumento del 51% a lo largo del año, hasta un total de 4.125 millones de euros. De ellos, el 57% corresponde a financiación a Pymes, para regocijo de Luis de Guindos y su recuperación económica. Los recursos gestionados de clientes han experimentado un aumento de 1,9% hasta los 49.510 millones de euros. Especial relevancia tienen aquí los productos gestionados fuera de balance, verdadera banca en la sombra que rescata a las entidades de su baja actividad de intermediación, al menos en lo que a rentabilidad se refiere. No obstante, el mix de clientes resulta especialmente rentable gracias al comportamiento de fondos de inversión y planes de pensiones. Por ende, las comisiones suben un 5,6% interanual y entre las que crecen de manera importante están las derivadas de la gestión de productos fuera de balance, que aumentan un 12,7%. En este ámbito, el margen de intereses obtenido en 2015 experimenta una reducción del 9,7% respecto al ejercicio anterior, en cifras, de 631,6 millones de euros. Todo ello condicionado por la maldición de Mario, en el marco de unos tipos de interés raquíticos. Miedo da al auditor. El margen de la cartera de valores ha disminuido en este entorno (-82,3 millones), compensado parcialmente por el aumento de 14,5 millones del margen de interés minorista. Los Resultados de las Operaciones Financieras (ROF) se sitúan en 86,1 millones de euros, un descenso interanual del 79,7%, cifra importante derivada de la actividad extraordinaria desarrollada en 2014, pero que, en cualquier caso, no puede considerarse una buena noticia. En referencia a riesgos, algo que seguro que le gusta al auditor, se ha producido una reducción de la tasa de morosidad en 183 p.b. hasta el 8,95%. Comparada con otras entidades financieras, la cifra resulta adecuada. La ratio de cobertura de la morosidad cierra 2015 en el 53,7%. Por lo que respecta al ladrillo, el negocio empieza a funcionar, si bien con datos raquíticos con relación al importante volumen inmobiliario. Finalmente, lo más positivo: un aumento de la ratio de solvencia en 82 p.b. hasta el 11,95%. La ratio de capital total asciende a 14,4%, que incluye la emisión de deuda subordinada. Por cierto, la entidad que preside Amado Franco (en la imagen) está a la espera de compradores de CoCo que hereda de Caja3. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com