• La cosa empieza con el PSC de Miquel Iceta buscando como aliados a los totalitarios de Ada Colau.
  • No olvidemos que la guerra civil de 1936 comenzó cuando los socialistas se hicieron milicianos…
  • Y cuando de Besteiro pasamos a Indalecio Prieto y a Largo Caballero.
  • Las lágrimas de cocodrilo de Pedro Sánchez demuestran que esta no es una batalla ideológica, sino una batalla de egos.
  • Podemos está perdiendo fuerza en la calle y en las urnas, a pesar de las baladronadas de Pablo Iglesias.
  • Pero cuidado, no llegará a La Moncloa por medios democráticos: por eso necesita el enfrentamiento civil máximo.
  • Necesita el odio entre españoles.
Resultado de la votación para la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno: 170 síes, 68 abstenciones y 111 noes. Recuerden estas cifras porque revelan la falacia podemita sobre la mayoría social y rebelan también que por la ruptura del PSOE puede venir la guerra civil. Si lo prefieren, enfrentamiento civil. No existe la cacareada "mayoría social" porque para esa quimera mental, Pablo Iglesias suma el conjunto del PSOE junto a todas las fuerzas separatistas –incluidas las burguesas como la antigua CDC- y el PNV, antisistemas, progres snobs y demás confluencias centrífugas y el resto del mariachis. Ahora sabemos que, de 85 diputados socialistas, Pablito Iglesias, para su mayoría social, sólo puede contar con 15 más el ambicioso Pedro Sánchez, ahora fuera del Congreso. Y ahí surge otro guerracivilista de tono moderado, como es Miquel Iceta, quien ahora pretende desgajar el PSC del PSOE y marcharse con la alcaldesa más majadera de España: la antisistema, y muy centrífuga, Ada Colau. Los comunistas de Podemos nunca llegarán al poder por medios democráticos. Es más, está perdiendo fuerza. Pero sí puede llegar al poder mediante una guerra civil abierta –no creo que vaya por ahí la cosa- o mediante un enfrentamiento civil exacerbado… y creo que por ahí irán los tiros. Pero por medios democráticos no. Incluso está perdiendo fuerza en la calle y en las urnas, a pesar de las baladronadas de Pablo Iglesias. La guerra civil de 1936 se precipitó cuando los socialistas se convirtieron en milicianos y, en 2016, cuando el ser cristiano de España, su cimientos, desaparece de la escena política. En cualquier caso, no olvidemos que la guerra civil de 1936 comenzó cuando los socialistas se hicieron milicianos y cuando de Besteiro se pasó a Indalecio Prieto y a Largo Caballero. Otrosí: las lágrimas de cocodrilo de Pedro Sánchez demuestran que esta no es una batalla ideológica, como la de la desgraciada II República, sino una batalla de egos. Insisto, esto no es un enfrentamiento ideológico. Eso es lo que distingue el enfrentamiento civil de 2016 de la guerra civil de 1936. Aquí no se enfrentan ideas, porque los cuatro grandes partidos viven en el pensamiento único relativista: nada es verdad ni nada es mentira. Esto es una lucha de ambiciones personales. En conclusión, Mariano Rajoy, una derecha anticristiana, consigue repetir como presidente del Gobierno en un país en enfrentamiento civil que amenaza lo peor. Son los intereses de los representantes del pensamiento único que han expulsado del proscenio político todo principio cristiano, la única alternativa existente al actual sistema. Pero el odio entre los españoles crece. Eulogio López eulogio@hispanidad.com