- Es donde se mueve bien. Por ejemplo, con Pimco.
- Y es que Santander, BBVA y Bankia esperan a que se lo regalen. El primero y el tercero, ni eso.
- Guindos insiste en la opción Bankia pero no la quiere ni Goirigolzarri.
- Ana Botín no quiere saber nada de Emilio Saracho.
- Y FG… que se lo regalen.
- En cualquier caso, que el campeón de la banca doméstica caiga en manos de fondos buitre significa que nos hemos vuelto todos idiotas.
- Mientras, entre los bancos candidatos, Guindos y Saracho hunden el Popular.
- Ojo, nada tiene que ver el derrumbe bursátil con el derrumbe bancario: un banco sólo cae por liquidez.
Emilio Saracho, presidente del Banco Popular (
en la imagen),
está desesperado. Con la acción hundiéndose en bolsa, el hombre de la banca de inversión no sabe qué hacer.
Además, sus relaciones con
Ana Botín han empeorado -
again- y el Gobierno tendría que hacerle demasiados favores al banco cántabro para que aceptara hacerse con el Popular.
Lo de Bankia es peor, porque ahí el delfín de
Luis de Guindos, que no es otro que
José Ignacio Goirigolzarri, no parece muy entusiasmado con la idea. Y le han cargado con el BMN. Además, no quiere retrasar mucho tiempo más
la devolución al Estado del dinero percibido para reflotar Bankia.
Y queda el BBVA, el único que en su día hizo una oferta -5.500 millones de euros- por el Popular. Es el caso más duro, no sólo porque Guindos tenga enfilado a FG -que le tiene- y porque éste le ningunee comunicándose directamente con Rajoy, sino porque ahora el BBVA está en la posición de "a boda me convidan".
La verdad es que
los tres posibles postores -uno más posible que los otros- están felices con el desastre bursátil del Popular e, incluso, los mal pensados podrían pensar que participan de él. Ahora bien, un banco no cae por su derrumbe bursátil;
cae cuando le falta liquidez. Y aunque es verdad que ha perdido depósitos, todavía no está en esa situación límite…
ni tiene por qué estarlo. No obstante, que el Popular valga en bolsa 1,400 millones de euros es como para echarse a llorar.
Esto no es más que una operación de imagen en la que una entidad vale en bolsa
la décima parte de su valor neto contable o, si lo prefieren, de su patrimonio,
que es concepto aún más amplio e indefinido en contabilidad.
Y ahí es donde sale
Saracho con su opción fondos de inversión, empezando por
Pimco, su gran amigo… y uno de los más especulativos. Se trata de uno de los fondos más buitres del planeta que estaría dispuesto a hacerse con el
Popular a precio de ganga, al que está.
Ahora bien, si el Gobierno de España, o incluso el
BCE, da el visto bueno a que una panda de
especuladores se hagan con uno de los modelos de la
banca comercial española, una de las mejores del mundo… entonces es que
nos hemos vuelto todos idiotas o sufrimos de enajenación transitoria.
Lo que está claro es que
la cotización del Popular, y veremos si no el Popular mismo, ha sido hundido por la coincidencia de los esfuerzos para salvarlo del presidente
Saracho, de los bancos compradores, y del Gobierno de la nación y del
Banco de España anexo.
¿No es maravilloso?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com