• En el entretanto, la parálisis inversora de las eléctricas es total, a la espera de que se aclare el mix energético.
  • Nadal replica a Sánchez Galán, que baraja desinvertir en energía nuclear, y al PSOE, abiertamente antinuclear.
  • El futuro de las centrales es una de las tres incógnitas: las otras dos, el rendimiento de las renovables y el ciclo combinado.
  • Las renovables dependen de la nueva tecnología, pero pagamos cada año 7.000 millones en primas.
  • Y si el ciclo combinado tiene más protagonismo, habrá que introducir el carbón para asegurar el suministro.
  • Y ojo, porque el papel Nadal no es una ventaja: irrita a todos.
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, no goza de simpatías que se dice entre las eléctricas -acumula coscorrones de uno y otro- pero tiene ante sí la arquitectura futura del sistema eléctrico, del que dependen, sin ir más lejos, las inversiones. Una cosa lleva a la otra: mientras no se aclare el mix (o reparto energético), hay poco que decidir. Nadal es consciente del problema y de la culpa que tiene esa indefinición, por ejemplo, en los planes de las empresas. Ahora bien, una cosa es tenerlo en cuenta y otra el resultado: la prueba del algodón está en la parálisis inversora, salvo en lo necesario, generación, y nada en el resto: distribución o redes. Y eso es así, por muchos mensajes que Nadal lance a Enel (o Endesa, que preside Borja Prado) o a Sánchez Galán (los tres en la imagen), desmarcándose de la energía nuclear. Nadal ha dado este martes algunas pistas para contestar a unos y otros, pero los problema siguen donde estaban. Para decidir el mix energético, todo depende de los objetivos medioambientales de Bruselas (más allá del 20% de energía limpia en 2020) y del acuerdo en el Congreso, teniendo en cuenta, además de la oposición del PSOE a la energía nuclear, que el Parlamento es mayoritariamente antinuclear. No obstante, para Nadal la energía nuclear en España es necesaria, nada nuevo, teniendo en cuenta que dependemos en un 22% de ella.  Y a partir de ahí, mensaje a Iberdrola -mientras se informa a diario de sus posibles desinversiones en ese negocio-: la eléctrica no le ha dicho "nada al respecto". Y también sobre Garoña, que marcó el principio de la rebelión de Iberdrola y, después, de desacuerdo de la eléctrica vasca y Endesa. "Queda tiempo para decidir", ha dicho, porque todavía no se ha abierto el plazo de alegaciones. Las incógnitas actuales afectan, además de a la energía nuclear, al rendimiento de las energías renovables con nueva tecnología y al papel de las plantas de ciclo combinado. Sobre las energías renovables, Nadal tiene claro que las cosas se han hecho mal y son las culpables del precio de la luz, que podría ser hasta tres veces inferior del actual. La razón no es otra que las primas, que con la reforma Soria bajaron de 9.000 a 7.000 millones anuales, pero siguen y pagaremos anualmente hasta dentro de 25 años. La diferencia está en que si los 30.000 megavatios (MW) de energía verde instalados en España se hubieran implantado con menos prisa y más realismo, no hablaríamos de 7.000 millones sino de 300 ó 400 millones al año. En el nuevo mix habrá que tener en cuenta renovables con tecnología, ahora, mucho más eficiente. Y habrá que tener en cuenta, por último, el protagonismo que se dé al ciclo combinado (ahora infrautilizado en un 90%). Se hicieron inversiones enormes pero se les cambió el paso. No obstante, dependiendo de la parte en el mix, habrá que introducir más o menos carbón. De lo contrario, el ciclo combinado no puede asegurar el suministro energético, que sí garantizan las centrales nucleares al margen de las fluctuaciones en la demanda. Rafael Esparza