- El vicepresidente americano visita Corea del Sur para coordinar una respuesta con China y sus aliados.
- De momento no considera una acción militar, pero sólo puede asegurar la paz mediante la fuerza.
- "Todas las opciones están sobre la mesa porque el periodo de la paciencia estratégica ya ha terminado".
De momento, se impone la vía diplomática para
domesticar al
régimen norcoreano -o intentarlo-, pero sólo de momento. Es lo que ha dicho el vicepresidente estadounidense,
Mike Pence, que ha visitado este lunes la frontera desmilitarizada entre las dos
Coreas.
Es sólo la primera parte de un viaje para debatir con sus aliados y con China qué respuesta dar a
Kim Jong-un para detener de una vez su carrera armamentística. El periplo ya estaba previsto desde hace tiempo pero llega en el momento de más tensión en la zona por las provocaciones de
Pyongyang, la última, el ensayo balístico fallido, ayer domingo.
El régimen comunista aspira, de hecho, a lo que más preocupa a Estados Unidos: un misil capaz de impactar en suelo americano. "Todas las opciones están sobre la mesa para evitarlo", ha explicado Pence, pero con un matiz que añade una novedad sobre la urgencia: "El periodo de la
paciencia estratégica ha terminado".
De momento, como ha explicado
McMaster, asesor de Seguridad Nacional de
Trump, EEUU no considera todavía una acción militar, pero tampoco está dispuesto a esperar más tiempo mientras busca asegurar la paz mediante la fuerza.
Pence ha insistido en que EEUU no dará la espalda a esa región. La frontera con
Corea del Sur seguirá "acorazada y es inmutable", ha dicho antes de lanzar un nuevo mensaje a
Corea del Norte y a sus militares para que no se equivoquen "sobre la resolución americana de estar al lado de sus aliados".
Rafael Esparza