Tras el estreno de la magnífica y silenciada película Vida oculta, de Terrence Malick (2019), que narraba la impresionante historia del campesino austriaco Franz Jägerstätter, que se negó a prestar juramento a Hitler y acudir a la guerra como soldado para defender una causa que contradecía sus principios cristianos, la editorial Digital Reasons, le pidió al escritor madrileño afincado en Berlín, José M. García Pelegrin, que estudiara la posibilidad de buscar a otros individuos que resistieron al nazismo de la misma forma. García Pelegrín, que ejerce de crítico en Alemania desde hace más de dos décadas, era la persona indicada para esta investigación porque en el año 2006 había publicado La Rosa Blanca, que describía el movimiento estudiantil  que osó plantar cara al nazismo y cinco años más tarde, en el 2011, salía a la luz Cristianos contra Hitler, la apasionante historia de seis personas que se opusieron al nazismo.

El nuevo libro, Mártires de la conciencia. Cristianos frente al juramento a Hitler, que acaba de llega a las librerías incide en una idea manifestada por San Juan Pablo II sobre que “ el martirio de nuestra era se llama coherencia”, de ahí el adecuado título, porque que alude a por qué esos hombres valientes decidieron anteponer sus creencias a la terrible ideología imperante. A través de sus cartas y manifestaciones a seres cercanos vislumbramos que no eran unos insensatos -a pesar de que conocían que con su decisión iban derechos a la muerte- sino que tenían claras sus prioridades.

José M. García Pelegrin ha hecho un trabajo admirable para narrar con los datos necesarios la vida y las motivaciones de esos diez hombres que no sólo fueron ajusticiados, sino que no recuperaron su dignidad y su buen nombre, al ser acusados injustamente entre muchos de sus compatriotas de cobardes por alegar objeción de conciencia por su fe. Se trata, y es preceptivo recordar sus nombres de: Willen Glessner, Alfred Andreas Heiss, Wilhem Paul Kempa, Michael Lerpscher, Josef Mayr-Nusser,Frank Reinisch, Richard Reitsamer, Josef Ruf,  Ernt Volkmann, , además del mencionado Franz Jägerstätter. Todos eran jóvenes, puesto la mayoría fueron llamados a  filas, pero ni coincidían en nacionalidad, ni en profesión, alguno era sacerdote, otros campesinos, intelectuales…Solo les unían sus convicciones cristianas. El libro también contiene fotografías de algunos de ellos proporcionadas por sus familias.