- A cuatro meses de su victoria electoral, su imagen se ha derrumbado un 14% y contenta a sólo el 40% de los franceses.
- El portavoz del Gobierno quieta hierro a los sondeos: dice que es lo normal en todos los inicios de mandato.
- Pero no es así: Macron queda mucho peor que sus predecesores en el cargo: Chirac, Hollande o Sarkozy.
- El desgaste afecta también al Gobierno de Philippe y al movimiento En Marcha!, pero en menos medida.
La popularidad del presidente francés
Emmanuel Macron está en caída libre, a juzgar por los datos de la encuesta de julio publicada por el
Journal Du Dimanche, a sólo cuatro meses de su victoria electoral. El portavoz del Gobierno,
Christophe Castaner, ha llamado este lunes a la calma, después del sondeo, restándole importancia. Dibuja, a su juicio, una tendencia que se repite en todos los inicios de mandato.
Pero esa indulgente interpretación se va al traste si se compara (
en la imagen) con lo que ha pasado con los últimos presidentes de la República, desde
Jacques Chirac (que empezó también muy mal) a
François Hollande pasando
Nicolas Sarkozy.
La popularidad de Macron ha caído 14 puntos en julio y sólo un 40% de los franceses están satisfechos con su gestión, frente al 57% que no lo están, y dentro de están, el 20% está "muy insatisfecho".
Esa caída, de 24 puntos en cuatro meses, supera los 20 puntos que
desgataron a Jacques Chirac (agosto de 1995) entre mayo y agosto de 1995. En los casos de Hollande (agosto de 2012) y Sarkozy (agosto de 2007), predecesores de Macron, el apoyo a su gestión en los cuatro primeros meses seguía por encima del 50% (54% y 69%, respectivamente, frente al 40% de Macron).
En palabras de
Frédéric Dabi, director adjunto del
barómetro Ifop, "el descontento y frustración es evidente en todas las categorías de la población", muy por encima de su marca, el movimiento
En Marche!, que retrocede un 9% y del primero ministro,
Eduard Philippe, que retrocede un 8% (hasta el 56%).
Entre las razones de esa caída, según los propios resultados de la encuesta, están las medidas para reformar las cotizaciones sociales y de la Contribución Social Generalizada (CSG), que le hace perder muchas posiciones entre los mayores de 50 años y jubilados.
Rafael Esparza