No vamos a remontarnos a qué es Liberty, la teleco creada por John Malone en 2013, o sea, anteayer, en plena crisis económica mundial. Pero a lo mejor deberíamos, porque supone una recreación perfecta de los países que compusieron la leyenda negra española, Reino Unido y Holanda, con el añadido, el más potente, todo hay que decirlo, de la descendencia de esos dos enemigos históricos de España, los Estados Unidos WASP: blanco, anglosajón y protestante. Es decir, los hacedores de la Leyenda Negra española. No, no vamos a remontarnos al origen… pero a lo mejor deberíamos hacerlo.

Chinos y anglosajones se disputan ahora los activos que los españoles despreciamos en el mundo hispano

En cualquier caso, oficialmente, lo ocurrido en el crepúsculo del pasado lunes 14, no es más que una declaración de intenciones, pero la anglosajona Liberty, ya socio de Telefónica en Reino Unido, al 50 por 100, la misma que ya comprara Telefónica Costa Rica, mostraba esa tarde su interés por adquirir Telefónica Colombia y Telefónica Ecuador. Y cuando un socio anuncia una compra es porque antes ya la ha pactado con el vendedor.

Y me es igual que el comprador oficial sea Liberty Latin America (así, sin tilde española), filial segregada de Liberty Global en 2018. Sigue siendo tan anglosajona como su matriz y el uso del término Latino, en lugar de hispano, da buena muestra de ello.

Traducido: que Telefónica abandona Hispanoamérica y el conjunto del Ibex español… también: ¡qué error, qué inmenso error!

Y abandona Hispanoamérica porque, al parecer, no es rentable. Lo asume, a pesar de su ‘evidente’ falta de rentabilidad, ‘anglosajonia land’. Es la profecía autocumplida: los propios fondos anglosajones castigan la cotización de la empresa española que lidera José María Álvarez-Pallete y le obligan a vender… a chinos -que aparecen por allí- y a ingleses, holandeses y norteamericanos... quienes se disputan ahora los activos que los españoles despreciamos en el mundo hispano… porque no nos son rentables. Para ellos, al parecer, sí.

Y la empresa española se repliega a la península, una economía que los Picapiedra (don Pedro y don Pablo) llevan a la ruina

Es decir, los españoles abandonamos la tierra que creamos y que nos hizo fuertes: ¡qué error, qué inmenso error!

Y así, la empresa española se repliega a una economía patria que los Picapiedra (Pedro y Pablo) llevan directamente a la ruina. De paso, nos contagiamos de la filosofía calvinista y abandonamos nuestra cosmovisión católica de la vida. Esta cosmovisión es la que respeta la libertad moral individual, raíz de todas las libertades, mientras aquella promueve la predestinación tristona y el racismo despectivo.

¿Se puede extrapolar toda esta filosofía de una mera operación comercial apenas iniciada? Se puede y se debe. En cualquier caso, Telefónica no debe abandonar Hispanoamérica… al igual que los gobiernos hispanos, trufados ahora de bolivarianismo, la majaderia masónica de López Obrador, lo peor del justicialismo argentino y una resucitada teología de la liberación, deberían reflexionar y dejar de golpear a la madre-patria... antes de que acaben en manos de la madrastra anglosajona o, aún peor, de la madame china.

Eso sí, a cambio Telefónica se consolida en Brasil, al adquirir los activos de OI (2.700 millones de euros) junto a Telecom Italia y América Movil, de Carlos Slim. De hecho, Telefónica juega a Brasil y no a ninguna otra cosa. Ahora bien, alguien debería reparar en que el único país de Hispanoamérica que funciona es el regido por el pérfido ultraderechista, negacionistas y peligrososísimo Jair Bolsonaro, mientras que a España le golpean los amigos de Sánchez e Igleisias: Argentina, Venezuela, Bolivia, México, Nicaragua, etc. Los mismos que tratan a patadas a las empresas españolas.