- La banca ya no desahucia a nadie.
- Los bancos ceden pisos, y cederían más, al fondo social.
- Sólo que los hay que no quieren pagar ni los rebajados precios de los fondos.
- Y no arreglan los pisos porque entran los okupas.
- Que se dedican a destrozarlos y a utilizarlos para sus negocios: droga, prostitución, etc.
Es verdad que cuando se inició la crisis había familias que no podían
pagar la hipoteca y corrían el riesgo, si no de endeudarse en la calle, casi. De ahí surgió la carrera política de
Ada Colau (
en la imagen), hoy alcaldesa de Barcelona. Esta reina de la demagogia consiguió crear un ambiente de opinión
donde los bancos eran culpables de dejar en la calle a tantos proletarios en un clima de violencia social.
Lo cierto es que
la banca ya no desahucia a nadie. Entre las refinanciaciones de créditos, daciones en pago y
la puesta al servicio del fondo social de viviendas ya fallidas y con créditos amortizados, lo cierto es que ya no se desahucia a nadie.
Lo que ocurre es que en estas revueltas todos los caraduras y okupas del país han aprovechado para ponerse las botas. Esto es lo que ha conseguido
Ada Colau: convertir España en el paraíso de los okupas.
Para empezar,
la banca incluso está dispuesta a donar más pisos. En lugar de vender carteras a fondos buitre, a la
Sareb o a más bajo precio. El problema es que el efecto Colau ha provocado que muchos caraduras no estén dispuesto a pagar ni una cantidad testimonial por la vivienda de alquiler y, lo que es peor,
ha multiplicado a los peligrosos okupas. Por eso, la banca no arregla los pisos, sino que los cede sin arreglar. Si lo hiciera enseguida entrarían los okupas y los vecinos llamarían al banco para que, como propietario legal, los desaloje.
Ni que decir tiene que los okupadores suelen atraer prostitución, droga
y perpetrar robos como, por ejemplo, de infraestructuras básicas como el agua o la luz. En cualquier caso, destrozan el local y cuando la policía viene a ejecutar una orden de desahucio montan el número. A finales de 2015, en resumen, ya sólo se desahucia al okupa. Y ése, bien desahuciado está.
Pero
Ada Colau mantiene abierta la espita: ha sancionado a 12 entidades catalanas por mantener
pisos vacíos. Es una cantidad ínfima de pisos infrautilizados pero Ada Colau necesita mantener viva su
gran estafa social, la misma que le ha llevado a la alcaldía de la segunda ciudad de España.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com