• Eso sí, ahora exige todas las certificaciones de obra.
  • Es lo que anuncia este viernes el BBVA.
  • Y sólo el hecho de anunciarlo ya es significativo.
La crisis desatada en 2007 tuvo muchas consecuencias, algunas tremendamente drásticas. Una de ellas, el bloqueo inmediato del crédito promotor. Aún hoy se pueden ver a lo largo de la geografía española promociones a medio urbanizar. Una imagen desoladora que habla por sí sola. Ahora, sin embargo, la situación ha cambiado. Lo ha certificado este viernes el BBVA con un anuncio que, en otras circunstancias, probablemente no habría hecho. ¿Se imaginan? Yo, banco X, anuncio que voy a dar créditos al consumo. Pues claro, para eso eres un banco. Pero la nota de la entidad que preside Francisco González no está de más y da a entender cómo era la situación anterior. En resumen, unos años en los que paras ser promotor no hacía falta invertir dinero propio, ni siquiera para adquirir el suelo, porque todo lo financiaban los bancos. Y lo peor de todo, lo hacían sin exigir las mínimas garantías, porque al final, las viviendas se vendían como churros y a unos precios que no hacían más que subir. Pero olvídense de volver a esa etapa (menos mal). Tras la crisis, los bancos se han puesto serios y antes de conceder un crédito promotor, exigen el cumplimiento de todas las normas establecidas. Normas que ya existían antes pero que nadie cumplía. Por ejemplo, ahora, la banca no presta ni un euro si el promotor no tiene vendido, al menos, el 50% de la promoción (sobre plano, claro está). Por supuesto, se exige tener comenzada la obra, con lo que se acabó lo de comprar el suelo con el propio crédito bancario. Además, las entidades exigen avales diferentes a la propia promoción. Eso en cuanto a las normas mínimas. El BBVA va más allá. Durante un foro inmobiliario organizado por el IE Business School, en colaboración con Irea, Juan de Ortueta, director de Financiación de Real Estate del banco, ha señalado que para aportar financiación es imprescindible buscar proyectos de calidad y crear una relación de confianza con el promotor. En otras palabras, es necesario establecer un acuerdo de responsabilidad compartida entre las dos partes: el promotor y el banco. Aun con más exigencias que antes, una cosa está clara: el sector promotor–inmobiliario ha comenzado a recuperarse. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com