Cristina Ruiz se ha convertido en la primera ejecutiva de INDRA, por delante del otro consejero delegado, Ignacio Mataix
¿Quién manda en INDRA tras la salida de Fernando Abril-Martorell? Sobre el papel, y tras aceptara a Marc Murtra como presidente no ejecutivo, el Consejo de Administración encomendó la dirección de la compañía a Ignacio Mataix y a Cristina Ruiz, ambos elevados a la categoría de consejeros delegados.
Pero esa es la teoría, porque en la práctica resulta imposible que dos personas con el mismo rango, responsables a su vez de parcelas distintas, dirijan la empresa como si fueran una sola voz. Tranquilos, el dilema ya está resuelto: la que ejerce de consejera delegada del grupo es Cristina Ruiz y no Ignacio Mataix.
Desde que llegó a INDRA en 2011, Ruiz se ha ido ganando el respeto y la consideración de la plantilla que, no obstante, considera que le sobra carácter a la hora de tratar con los empleados. Sea como fuere, la responsable de Minsait se ha hecho con los mandos de la compañía, por delante de Mataix, que llegó a la compañía en 2018 de la mano de su gran amigo, Fernando Abril-Martorell.
Una de las primeras grandes decisiones que tendrá que tomar Ruiz es la participación de INDRA en la compra de ITP Aero, una operación que el PNV ha vuelto a poner sobre la mesa y que Abril-Martorell desestimó por el elevadísimo precio que pedía Rolls-Royce por su filial vasca, unos 1.500 millones de euros.
No nos engañemos: si en Moncloa están empeñados en preservar la españolidad de ITP es por la insistencia del PNV. Así, entre las empresas que podrían participar en la operación están, Aernova, con sede en Vitoria, o Aciturri, cuya sede está en Miranda de Ebro (Burgos).
En cualquier caso 1.500 millones son muchos millones y las empresas españolas tendrían que contar con el apoyo financiero de fondos de inversión. Y en ese puzle, INDRA juega un papel destacado. Ahora bien, como Abril-Martorell, Ruiz considera excesivo el precio que piden los británicos.