- "No tiene sentido invertir dinero para perderlo", consciente de que el 45% de los ingresos de los come el fisco.
- Recuerda que las nucleares requieren inversiones de entre 6.000 y 7.000 millones para alargar la vida útil.
- También discrepa con Nadal sobre quién asumen el coste de desmantelamiento: por ley es Enresa.
- La aspiración de Iberdrola es consolidarse como la eléctrica líder mundial en energía eólica, sobre todo marina.
Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, se ha llevado a los analistas españoles a
Londres, para explicarles los
resultados de 2017 y el nuevo
plan estratégico, pero el
latido, más que en Londres, estaba en Madrid, con el trasfondo inevitable de su
toma y daca con el ministro
Nadal -en clave nacional-, y la aspiración de la eléctrica de afianzarse -en el plano internacional- como líder del sector eólico.
Así las cosas, Galán (
en la imagen) ha dado detalles de sus planes para los próximos años, como las
inversiones de 32.000 millones, que no son para comprar sino para mejorar el negocio que ya tiene y nutre el Ebitda (redes, que concreta el 50% de la inversión y del beneficio de explotación; renovables, generación y distribución). Explicaciones y declaraciones, sí, pero ante los analistas,
no en rueda de prensa, que es la mejor vía para que lo entiendan los clientes, no sólo los inversores.
La meta, en cualquier caso, es consolidar la eléctrica en la actividad que le ha hecho líder mundial eólico, sobre todo en
eólica marina (
offshore), sin desechar la energía
solar, pero cuando sea rentable.
Dicho de otro modo, Iberdrola no tiene en mente una gran adquisición, salvo que vea oportunidades muy claras, ha explicado Galán, y que no exijan
ampliaciones de capital.
El latido, no obstante, estaba en España, con las difíciles relaciones con el ministro de Industria en varios frentes: el cierre de centrales, sobre todo las
nucleares (también térmicas) y la
política energética.
Ahora bien, Galán tiene claro que tendrá que ceder mara mantener la energía nuclear, que
aportan el 21,17% de la electricidad consumida, pero exige menos
impuestos, que
se comen el 45% de los ingresos de las nucleares.
Ha recordado, en ese sentido, que las inversiones necesarias para alargar la vida de las centrales nucleares entran entre 6.000 y 7.000 millones de euros.
Pero no tendría sentido, ha explicado, que todo ese esfuerzo no diera frutos "con un retorno adecuado con la inversión".
"No tiene sentido invertir dinero para perderlo", ha dicho de forma muy gráfica, cuando están a la vista la renovación de las licencias de las centrales de
Almaraz, que
en 2017 perdió 150 millones, y
Ascó I (2020 y 2022, respectivamente).
Otra cosa es que, en la cabeza de Nadal, Iberdrola
redireccione según sus intereses, no los del Estado. Vamos, que le parece muy bien que la empresa haga sus planes, pero él, como ministro, tiene la función de planificar el
mix energético (reparto).
El
toma y daca Nadal-Galán dura ya un año y resucita de nuevo, ahora, con los costes de desmantelamiento de las centrales nucleares que se decida cerrar. Nadal dijo en la
Comisión de Energía del Congreso que las compañías propietarias deben asumir ese coste, no solo
Enresa.
Pues bien, Galán le ha replicado, desde Londres,
de qué va, con un argumento imbatible: la ley no dice eso. Y así es, según la ley actual. Otra cosa es que Nadal la quiera cambiar, para lo que no tiene mucho consenso (como se ha visto también con su real decreto de cierre de plantas).
Galán ha dicho, en concreto, que "la ley es la ley" y esa ley "deja muy claro que es responsabilidad del Estado". Y a partir de ahí, ha recordado el "muchísimo dinero" que las eléctricas han dado a Enresa para esa labor.
Galán teme, en paralelo, los
cambios regulatorios, aunque los que se hagan en España no
hundirán a Iberdrola, gracias a su diversificación geográfica. No obstante, ha vuelto a uno de sus
leiv-motiv, "el demasiado ruido que hay.
Habrá que esperar, ahora, a la respuesta de Nadal.
Rafael Esparza