Ana Botín y Josep Oliu tienen deberes pendientes de aquí a enero de 2023
La fusión BBVA-Sabadell, de la que tanto se ha hablado y que contó, incluso, con contactos entre ambas entidades, se ha enfriado. El presidente del banco con sede en Bilbao, Carlos Torres, se siente fuerte para seguir en solitario -le ha llegado la ‘promesa’ de que el juez no le imputará por el caso Villarejo- y no se siente en la necesidad de juntarse con nadie.
Tampoco con el Sabadell, cuya fusión, además, obligaría a realizar un fuerte ajuste de oficinas y plantilla en Cataluña, donde ambas entidades gozan de una amplia presencia.
Enfriado el BBVA, Josep Oliu mira ahora al Santander… sin olvidar a Kutxabank, con quien el Sabadell ya mantuvo contactos en verano. La entidad que preside Gregorio Villalabeitia, sin embargo, no colmaría las ansias de fusión del BCE y sólo sería el paso previo a algo más grande.
El Santander es otra cosa, obviamente. Además, el Sabadell tiene algo que el Santander lleva años buscando: presencia en Cataluña. Y el banco que preside Ana Botín posee algo que necesita el Sabadell: reputación en Reino Unido. En todo caso, y a pesar de esta complementariedad, no hay que perder de vista que la pieza mayor que busca Botín es el BBVA.
Lo cierto es que el banco cántabro, en principio, no busca más cuota de mercado en España, donde ya roza el 20% tras la adquisición del Popular, pero no haría ascos a ampliar significativamente su presencia en Cataluña.
Y cuadrar los organigramas, algo sin importancia para los primeros ejecutivos, no sería un problema. Josep Oliu ha cumplido 71 frente a los 60 de Botín.
En lo que sí coinciden en estos momentos Santander y Sabadell es en sendos ajustes de plantilla y oficinas. El Santander ha anunciado este martes a los empleados que la reducción de plantilla afectará tanto a la red como a servicios centrales y que se llevará a cabo, preferiblemente, mediante prejubilaciones y salidas voluntarias. El número final de afectados, que se conocerá esta misma semana, podría rondar los 3.000 empleados.
El Sabadell, por su parte, anunció el lunes que su ajuste implicará la salida de 1.800 trabajadores.