• Eso está muy bien, pero esas cifras exigen muchas matizaciones.
  • Lo cierto es que el fondo se ha ampliado en 3.974 inmuebles y ya llega a 9.866 viviendas.
  • Algunas entidades como Caixabank han ampliado los beneficiarios hasta 30.000 viviendas sociales.
  • Eso sí. De ellas, la tercera parte son de alquiler estrictamente social: menos de 150 euros al mes.
Curioso cambio de impresiones a propósito del Fondo Social de Viviendas (FSV), que se ha ampliado este lunes en 3.974 inmuebles, tras la firma del acuerdo por el Gobierno y las 29 entidades financieras que aportarán esos pisos (en la imagen). El Ministerio de Economía lo anuncia como un logro, y ese logro, según las entidades financieras no es para tanto teniendo en cuenta que sus planes de ayuda van mucho más lejos y ayudan a mucha más gente. Nada explícito, como es natural, pero no queda otro remedio que pensarlo tras leer las distintas notas de prensa sobre la misma noticia. Pero todo es matizable, y más cuando se trata de cifras. La banca se refiere a renegociaciones para evitar que un propietario pierda su casa, no a una ayuda social en toda regla. Y cuando es ayuda social en toda regla, como los alquileres sociales de Caixabank, por ejemplo, también hay que matizar: un tercio de los 30.047 son con un alquiler de menos de 150 euros. Y sólo eso casos, a su vez (10.085), son más que todos los inmuebles contenidos en el FSV. Ya saben que ese fondo está pensado para aquellas familias especialmente afectadas por la crisis y que no están en situación de afrontar el pago de la hipoteca. Pero hay diferencias poco sutiles entre la misma información, según provenga del Ministerio de Economía o de las patronales AEB o CECA. Según el comunicado del Ministerio de Economía, lo importante es que ese fondo se haya ampliado ya a 9.866 viviendas y que se haya acordado incluir a nuevos colectivos entre los posibles beneficiarios ("los mayores de 60 años o los matrimonios sin hijos y los deudores no hipotecarios"). Esas medidas, "impulsadas por el Gobierno", queda claro, han beneficiado hasta ahora a unas 45.000 familias. Ahora bien, si uno lee el comunicado de AEB, la CECA o la Unacc, el foco informativo es distinto. Vamos, que reconoce que la iniciativa del Gobierno es siempre loable, vienen a decir, pero es una minucia comparada con lo que ya hacían, hacen y seguirán haciendo los bancos en ese sentido. Los dos tienen razón, pero puestos a ver quién tiene más razón, me temo que en este caso son las entidades financieras. Por necesidad, pero las entidades financieras. Digo por necesidad, porque lo ideal sería que el inquilino o el propietario pague como Dios manda, el alquiler o la hipoteca, y los bancos no tengan que quedarse con esos edificios, que se incorporan al capítulo de fallido y que obligan en consecuencia, a las correspondientes provisiones. Lo decía el otro día la consejera delegada de Bankiter, María Dolores Dancausa, al señalar, que "si los bancos tienen casas vacías no es porque quieran sino porque los clientes no nos han pagado". Era un modo de contestar a las multas impuestas por esa cuestión por Ada Colau, alcaldesa de Barcelona y ex portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. El caso es que las entidades bancarias aprovechan la oportunidad que les brinda la ampliación del Fondo Social de Vivienda, para recordar, entre otras cosas, que las iniciativas que han puesto en marcha, en ese sentido, han beneficiado a más de 500.000 familias. O sea, a muchas más que las 45.000 de la iniciativa del Gobierno. Pero ¿cómo?: con las iniciativas para que las familias con problemas puedan pagar su hipoteca, renegociando o mejorando las condiciones de financiación. Y gracias a esas prácticas no sólo se han suspendido desalojos, aceptado quitas de deuda o admitido la dación en pago, sino que han beneficiado a muchos más con programas específicos para los colectivos más desfavorecidos. Pero, como señalaba anteriormente, esas ayudas no se pueden poner en el mismo peso de la balanza que el FSV. Me explico con un ejemplo: Caixabank, una de las entidades más sensibles con la vivienda solidaria y social, ha puesto a disposición de las familias 30.047 viviendas en los distintos programas de alquiler solidario, según un comunicado de agosto. Los beneficiados son las personas cuya capacidad económica se ha mermado con la crisis y la Obra Social, a través de Caixabank, subvenciona la mitad de la renta de esos contratos de alquiler, que oscilan entre 150 y 500 euros. Ahora bien, de todas esas 30.000 y pico viviendas, sólo 10.085 son con un alquiler solidario de menos de 150 euros, y 13.399 con un alquiler de más de 500 euros. El resto, casi otro tercio, entre una y otra cantidad. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com