Gran escándalo internacional (dicho con fina ironía). El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, relató  -durante una cena virtual en Florida la semana pasada-  que reza todos los días cuando llega al Departamento de Estado, informa C-Fam.

Pero Pompeo no se limitó a contar que reza todos los días al llegar a su trabajo. Sino que, encima -para mayor dolor de la progresía-  alabó la política de la administración Trump en defensa de la vida y de la libertad religiosa.

Pompeo dijo que los padres fundadores de EEUU sabían que “es Dios mismo quien concede a todos los seres humanos una dignidad esencial”. Dijo que Estados Unidos usa “nuestro poder de política exterior para honrar esa dignidad, mientras que muchos otros países optan por usar su poder de manera muy diferente”.

En declaraciones a un influyente grupo de conservadores sociales cristianos, Pompeo estaba muy orgulloso de cómo Estados Unidos está avanzando en la lucha contra el aborto en las Naciones Unidas y en todo el mundo. Citó la expansión de la política aplicada a la Ciudad de México, una orden ejecutiva instituida por presidentes republicanos y revocada a su vez por demócratas. La mencionada política prohíbe que el dinero estadounidense vaya a grupos de abortos en el extranjero. Trump y Pompeo expandieron el programa del presupuesto de planificación familiar relativamente pequeño a todo el presupuesto de salud extranjero, añade la información de C-Fam.

Pompeo dijo: “Estamos utilizando todos los elementos de la ley federal para prohibir el uso de los fondos del Departamento de Estado en favor del aborto”. Cabe señalar que casi toda la financiación aportada por los Estados Unidos a las Naciones Unidas se destina a agencias que promueven el aborto, financiación que permanece intacta.

Estamos utilizando todos los elementos de la ley federal para prohibir el uso de los fondos del Departamento de Estado en favor del aborto

Pompeo también explicó cómo él y Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos, encabezaron una declaración conjunta de 20 países que condenaban el lenguaje pro-aborto en documentos de la ONU, un tema en el que los grupos pro-vida han trabajado durante un cuarto de siglo. “Dijimos claramente: “No existe el derecho internacional al aborto”. Ninguno. Es lo que exige el liderazgo del presidente Trump “.

Un líder africano pro-vida dijo: “Nunca pensé que Estados Unidos usaría su gran poder para hablar por la protección de los no nacidos en los términos más inequívocos y sin remordimientos”.

Como comparación, fue durante la administración de George W. Bush cuando el lenguaje del aborto entró en un tratado con fuerza de ley por primera vez. El Departamento de Estado de Trump ha ordenado a todas las delegaciones estadounidenses que luchen contra todo lenguaje relacionado con el aborto en los documentos de la ONU, incluidos eufemismos como “salud reproductiva”.

Los conservadores sociales, sin embargo, elogian de forma unánime a Pompeo como quizás el Secretario de Estado más pro-vida y pro-familia en la historia de Estados Unidos, concluye la información de C-Fam