En efecto, el socialismo es envidia. Por tanto, si algo le cabrea es la verdad
El mensaje del asesinado Cánovas del Castillo, hombre de pactos más firmes que sus convicciones, anda más que acertado.
En efecto, el socialismo no es más que envidia del que es más listo que yo, vive mejor que yo o es más guapo que yo, que de todo hay. Como buenos socialistas, el actual Gobierno socio-podemita tiene por eje de su política la igualdad. El problema es que todo hombre es radicalmente desigual a su vecino. No hay dos hombres que no mantengan desigualdades. Y encima viene lo de Orwell: la igualdad de los desiguales es otra desigualdad.
Todo impuesto es una forma de robo como otra cualquiera. El dinero público es el dinero de los demás, utilizado por el mandatario socialista
La envidia del socialista, además, se ejerce, no lo olvidemos, con el dinero de los demás. Se llama dinero público, que son nuestros impuestos. Y todo impuesto no es más que una forma de robo como otra cualquiera. Y el socialista hace con él lo que le viene en gana... y encima presume de generoso.
Pero no le digan esto a los socialistas: la verdad les irrita.