• Varios Estados del país más progre y liberal del mundo lo han legalizado porque cuesta menos que mantener la vida.
  • Así lo revela un documental que detalla la experiencia de Stephanie Packer, enferma de cáncer terminal.
  • Esta californiana hace todo lo posible para tener más tiempo con sus cuatro hijos, pues su compañía de seguros le negó su tratamiento.
  • Packer cree que los fármacos letales nunca deberían ser apoyados por médicos o administrados por el gobierno.
EEUU, como saben, sigue al pie de la letra los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM) -la nueva masonería anticristiana-. La última muestra la encontramos en el hecho de que prima el suicidio asistido frente a la lucha por la vida. Sí, han leído bien. El país que presume de ser el más progre y liberal del mundo, así como el primer defensor de libertades y derechos olvida el más importante: la vida. Y es que en los últimos años ha legalizado el suicidio asistido en varios estados, una opción más barata, pero que ha perjudicado a los pacientes que luchan por su vida. Así lo revela el documental Compassion and Choice Denied (Compasión y elección negadas), producido por el Center for Bioethics and Culture Network, que detalla la experiencia de Stephanie Packer (en la imagen), enferma de cáncer terminal. El seguro de esta madre californiana no cubría la quimioterapia pero sí el fármaco para suicidio, cuyo precio es de 1,20 dólares, según ha informado Aciprensa. ¡Alucinante! La vida es el primero de todos los derechos humanos y no debería tener precio. Packer, madre de cuatro hijos, señala que su objetivo es "hacer todo lo posible para tener un segundo más con mis pequeños". Mientras, soporta el sufrimiento del cáncer terminal, pues su compañía de seguros le negó su tratamiento, a pesar de que al principio le dijo que sí cubriría los medicamentos de la quimioterapia. La negativa llegó cuando California aprobó la ley de suicidio asistido hace poco más de un año. "Tan pronto se aprobó esta ley, a los pacientes que luchan por una vida más larga terminaron por negarles su tratamiento, porque esto siempre será la opción más barata… es difícil luchar financieramente", afirma Packer. Esta madre californiana cree que los fármacos letales nunca deberían ser apoyados por médicos o administrados por el gobierno. Además, pide que haya más energía y recursos para hospitales de cuidados paliativos para que "las personas comiencen a vivir en lugar de sentirse como si tuvieran que elegir morir". Cristina Martín cristina@hispanidad.com