• "Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en los que se sienten dejados, más solos", dijo el Santo Padre.
  • "Y aprendamos a mirar como Él nos mira. Compartamos su ternura y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos o las familias en dificultad", añadió.
  • El Papa Francisco también pidió por la reconciliación de los cubanos en víspera de viaje a EEUU.
Prosigue la visita del Papa Francisco a Cuba. Este lunes presidió la santa misa, en la ciudad de Holguín, la cual le recibió con un visible entusiasmo. Y culmina este martes su visita de 72 horas a la isla comunista, que tiene lugar en pleno periodo de acercamiento con Estados Unidos, gracias su propio papel como facilitador. En Santiago de Cuba, gran puerto al este de la isla que vio nacer la revolución cubana y no lejos de la controvertida base estadounidense de Guantánamo, Francisco se despedirá de las autoridades y el pueblo cubanos, que lo acogieron los últimos cuatro días. El Papa oficiará la última misa de su viaje en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, venerada patrona nacional, y donde en la noche del lunes rezó por el pueblo cubano. "Madre de la reconciliación, reúne a tu pueblo disperso por el mundo", dijo el Papa ante la imagen de madera adornada con oro la Virgen de la Caridad del Cobre, ubicada en una pequeña iglesia a unos 20 kilómetros de Santiago, al este del país, recoge Reuters. Zenit publica la homilía del Santo Padre en la misa celebrada en la Plaza de la Revolución de Holguín. "Dejémonos mirar por el Señor en la oración, en la Eucaristía, en la Confesión, en nuestros hermanos, especialmente en los que se sienten dejados, más solos. Y aprendamos a mirar como Él nos mira. Compartamos su ternura y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos o las familias en dificultad. Una y otra vez somos llamados a aprender de Jesús que mira siempre lo más auténtico que vive en cada persona, que es precisamente la imagen de su Padre". "Sé con qué esfuerzo y sacrificio la Iglesia en Cuba trabaja para llevar a todos, aun en los sitios más apartados, la palabra y la presencia de Cristo. Una mención especial merecen las llamadas «casas de misión» que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis y vida de comunidad. Son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios y una ayuda cotidiana para hacer vivas las palabras del apóstol Pablo: «Les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz» (Ef 4,2). Deseo dirigir ahora la mirada a la Virgen María, Virgen de la Caridad del Cobre, a quien Cuba acogió en sus brazos y le abrió sus puertas para siempre, y a Ella le pido que mantenga sobre todos y cada uno de los hijos de esta noble nación su mirada maternal y que esos «sus ojos misericordiosos» estén siempre atentos a cada uno de ustedes, sus hogares, familias, a las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar. Que Ella nos guarde a todos como cuidó a Jesús en su amor. Y que Ella nos enseñe a mirar a los demás como Jesús nos miró a cada uno de nosotros". José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com