San Jhon Henry Newman
No es por asustar pero yo diría que se está creando el ambiente propicio para la manifestación del “salvador del mundo’, o sea, del Anticristo.
¿Responsabilidad para no contagiar a los demás o miedo a morir porque no tengo esperanza?
No me pregunten por qué pero lo cierto es que la reacción general ante el Covid puede resumirse así: en lugar de arrepentirnos culpamos a Dios -o a nuestro aciago destino, casi peor- y en lugar de acercarnos al prójimo nos hemos convertido en delatores de nuestros próximos.
Por cierto, la pregunta es: ¿hablamos de “responsabilidad” para no contagiar a los demás o de miedo a morir a manos del virus porque carecemos de esperanza ‘post-mortem’?
Pandemia: en lugar de arrepentirnos culpamos a Dios, en lugar de acercarnos al prójimo nos hemos convertido en sus delatores
Insisto: el virus, suponiendo que sea un virus, no es tan letal como en marzo, pero la histeria sí que lo es. Los rebrotes no dan para abrir una y otra vez diarios y telediarios. Con ello, lo único que aumenta es la histeria, el aislamiento de las personas y… la angustia ante el futuro.
Y al mismo tiempo, estamos creando un ambiente globalista, que no solidario, marcado, no por la conversión, sino por la desesperación y donde la gente está dispuesta a cambiar su libertad -por tanto, su raciocinio- por una presunta supervivencia que nadie le asegura. Es el momento idóneo para la llegada del pacificador, aquel al que los místicos clásicos y los profetas de ahora, llamaban, y llaman, el Anticristo. Tal parece como si estuviéramos llamándolo.
Insisto: el virus, suponiendo que sea un virus, no es tan letal como en marzo, pero la histeria ha aumentado
Son estos algunos de los rasgos que san John Henry Newman especificaba en su ensayo Cuatro sermones sobre el Anticristo.