• La semana pasada la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó la despenalización del aborto en caso de violación, causa que se suma a las otras dos ya aprobadas: riesgo vital de la mujer o si el feto presenta una alteración genética o congénita de carácter letal.
  • El también arzobispo de Santiago señaló: "La vida es lo más sagrado que hemos recibido y Dios no delegó en nadie ni el control ni el señorío sobre ella".
En Chile, el Gobierno de Michelle Bachelet sigue dando pasos para poder asesinar legalmente a niños en el vientre materno por medio del aborto. La semana pasada, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó su despenalización en caso de violación, causa que se suma a las otras dos aprobadas ya por la misma instancia, que permiten el aborto en caso de riesgo vital de la mujer o si el feto presenta una alteración genética o congénita de carácter letal, informaron agencias. Pues bien: el arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Ricardo Ezzati, se refirió a esta noticia recientemente, el 18 de septiembre, en el tradicional Tedeum por la patria en la catedral metropolitana, con motivo de las fiestas patrias de país trasandino, informa Aica. En la homilía, ante la presencia de la presidenta Michelle Bachelet, ministros y autoridades civiles, el purpurado chileno afirmó que "cuidar la vida es nuestra vocación, amar la vida es nuestra dicha y proteger la vida de los más pequeños e indefensos es nuestra misión irrenunciable". El Purpurado llamó a cuidar la creación y la vida, ya que "de Dios Padre creador recibimos la vocación de cuidar la vida. Es lo más sagrado que hemos recibido y Dios no delegó en nadie ni el control ni el señorío sobre la vida". "Cada vida que germina o que nace es un llamado a cuidarla con el mayor esmero. Y si esto es un desafío que concierne a cada creatura, con más razón a un ser humano que está al centro de la creación", reflexionó el cardenal. Añadió que la mujer que espera un hijo sabe que no es solo de ella, sino que también de su familia y de la humanidad que, "esperanzada y solidariamente, tiene el deber de procurar los medios para un nacimiento digno, así como para el crecimiento, la educación y el pleno desarrollo de una nueva criatura". El purpurado fue claro al reconocer que hay razones que, "a veces, hacen dolorosa y hasta riesgosa la espera. Lo sabe la ciencia médica, que debe responder éticamente. Lo sabe la familia, llamada a acompañar y a sostener con amor". En segundo lugar, el arzobispo propuso "crecer en humanidad" y aseguró que "la Iglesia no está exenta de esto. Tenemos que recobrar la humanidad de Jesús en nuestras relaciones, en nuestro discurso, en nuestros planteamientos y aprender a vivir con sencillez al interior de nuestras comunidades". José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com