Caso Kitchen. Martínez continúa protegiendo a Rajoy y a Soraya mientras arremete contra Jorge Fernández
Nos preguntábamos ayer si Francisco Martínez está utilizando a Jorge Fernández como cortafuegos para salvar a Mariano Rajoy. A la vista del careo que Fernández y Martínez han mantenido hoy ha llegado la confirmación. Sí, Martínez se está protegiendo a sí mismo y a los que pueden protegerle y ha decidido que el chivo expiatorio debe ser Fernández que, además, como el católico oficial del gobierno Rajoy, debe ser masacrado.
Lo primero que hay que decir sobre el caso Kitchen es que es una chuminá, forzada al alza, con todos los altavoces del sistema, por parte de la izquierda, y de un PSOE y de un Podemos que sólo pretenden seguir extendiendo la idea del PP eternamente corrupto frente a ellos, que merecen la beatificación. Y la verdad es que la técnica les está resultando.
A fin de cuentas, ¿tan importante es que se espiara a Luis Bárcenas un hombre que se ha convertido en el chivo expiatorio del partido y a su mujer y, que ella está en prisión?
Pero en este caso concreto la izquierda ha encontrado un filón en el secretario de Estado de Interior, al conseguir que se vuelva contra su superior, el ministro del ramo, Jorge Fernández. Divide y vencerás.
Y el juez Castellón exprime hasta la cáscara un caso que no da para mucho más. Se ve que le falta trabajo
Con todo, el sumario judicial propiamente dicho está pasando desapercibido, aunque la noticia se repite en cada telediario. Así, cuando el propio magistrado, Manuel García-Castellón -¿Existen más magistrados en España?- le pide a la policía judicial que descifre las grabaciones de Villarejo -¿existía algún grabador más en España que no sea Villarejo?- la policía identifica al ‘Asturiano’ el personaje clave, al que se hacen continuas referencias en las cintas como Mariano Rajoy… que mira por donde es gallego.
Esos mismos policías aseguran que cuando en las mismas grabaciones se habla de “otros servicios” de lo que se está hablando es del CNI, entonces dependientes de la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría.
Pero miren por donde, el único culpable del espionaje a Bárcenas es Jorge Fernández.