Bill Gates y David Jr. Rockefeller no tienen reparos en usar como cobayas a las mujeres de Burkina Faso. Todo sea por la ciencia
Tras varios intentos fallidos de probar la eficacia de fármacos abortivos en mujeres en Estados Unidos, la empresa Gynuity Health Projects eligió a Burkina Faso, uno de los países más pobres del mundo -situado al sur de Mali, en África-, para realizar sus nuevos estudios y probar los químicos con no nacidos de entre 12 y 22 semanas. Es decir, que hablamos de abortivos químicos contra nasciturus en estado bastante avanzado y con todos sus órganos vitales. Se trata de conseguir el aborto químico perfecto, pero como ocurre desde la RU-486, las píldoras directamente abortivas, aplicadas a fetos en estado de gestación avanzado son muy peligrosas para la madre y exigen realizarlas en el hospital, bajo control médico. Así que los chicos de Gynuity Health Projets han decidido utilizar a mujeres negras, pobres, como cobayas de laboratorio. De esta forma, si alguien se queda en el camino, será una mujer pobre y negra. Hay muchas de esas. Todo sea por la ciencia.
Organizaciones provida y al clero católico de la zona ha denunciado estas prácticas, que sólo pueden hacer pagando a la clase política corrupta de la zona.
Gynuyilty Health Projects tiene como socios y/o patrocindores a todas las entidades abortivas, especialmene a la madre de todos los aborteros del globo, Planned Parenthood, y se financia con donaciones de fundaciones como, ojo al dato:
- The Bill and Melinda Gates Foundation
- The David and Lucile Packard Foundation
- The William and Flora Hewlett Foundation
- The Rockefeller Foundation
Curioso que, por ejemplo, en el caso de Bill y Melinda Gates hablen contra la sobrepoblación pero nieguen financiar proyectos relacionados con el aborto. Resulta también curioso que, al final, el apellido Gates suele aparecer ligado a todo lo ecologista, progre, feminista... y abortista.
En el mismo listado de donantes de Gynuyilty Health Projects figuran además, cómo no:
- Planned Parenthood Federation of America
- Planned Parenthood Global
- University of Liverpool
“Es cierto que las pruebas se están haciendo en Burkina Faso”, dijo a ACI África un profesional de la salud que prefirió mantenerse el anonimato y que conoce de cerca estos estudios. Sobre los fármacos, el experto indicó que “usamos el misoprostol en el primer trimestre y sabemos que la combinación de misoprostol con mifepristone puede usarse para interrupciones (abortos) del segundo trimestre”, cuando el bebé está bastante más desarrollado.
A las embarazadas les están dando fármacos peligrosos y luego las mandan a sus casas para que, aisladas, expulsen el cuerpo de sus bebés abortados
Lo dicho por el profesional confirma lo descubierto en septiembre de este año por el Charlotte Lozier Institute (CLI), la entidad investigadora del grupo provida estadounidense Susan B. Anthony List. Según el CLI, las pruebas con mujeres en Burkina Faso “comenzaron el 20 de mayo de 2017 y se espera concluyan el 31 de diciembre de 2019”.
La vicepresidenta de comunicaciones de Susan B. Anthony List, Mallory Quigley, dijo en septiembre que “a las mujeres embarazadas les están dando fármacos peligrosos y luego las mandan a sus casas para que, aisladas, expulsen el cuerpo de sus bebés abortados. ¿Acaso eso no es eso un callejón sin salida del aborto?”.
El profesional de la salud, que conoce de estas pruebas en Burkina Faso, explicó a ACI África que “hemos hecho estas pruebas de Gynuity en los dos hospitales universitarios de Burkina Faso, para manejar el aborto con misoprostol que incluía un paquete para la etapa del postaborto”.
Dijo que el proceso incluye la realización de “un ultrasonido para encontrar la posible malformación (en el no nacido) que es incompatible con la vida. Tienes que consultar a los especialistas antes de hacer el aborto”.
Buscan un fármaco que, en el caso de que el feto ya esté muy formado y se proceda a extirparlo, detenga las hemorragias con las que las 'pacientes' pueden desangrarse
“Hemos podido probar varias vías: vaginal, oral y sublingual”, dijo el experto en salud. “Hemos visto que la sublingual ha sido muy efectiva y ha permitido manejar los problemas que ocurren como la duración del sangrado”, agregó. Y, eso es precisamente lo que quieren conseguir las multinacionales aborteras. Encontrar un fármaco que sustituya a los abortos quirúrgicos (que son muy visuales y muy desagradables) y que, en el caso de que el feto ya esté muy formado y se proceda a extirparlo, detenga las hemorragias con las que las 'pacientes' pueden desangrarse.
ACI África conversó con algunos líderes de la Iglesia, quienes rechazaron los argumentos de Gynuity para realizar estas pruebas en el continente. Mons. Justin Kientega, jefe de la comisión de salud de la Conferencia Episcopal de Burkina Faso y Níger, dijo que “varias voces han denunciado este proyecto que agrava la depravación de la moral y el libertinaje sexual”. El Prelado denunció esta “maniobra rastrera. Vemos aquí un país que recibe financiamiento externo pero con la condición de que esta u otra ley sea aprobada”.
Los mercaderes de la muerte intentan sustituir el aborto quirúrgico por el químico: el primero deja muchos restos, pero el segundo es mucho más fino y nadie se entera de nada... si va bien
Recuerden que los mercaderes de la muerte intentan sustituir el aborto quirúrgico por el químico (pastillas o similares) Y es que el aborto quirúrgico deja muchos restos: bebés succionados y troceados, masas orgánicas sanguinolentas. El aborto químico es mucho más fino y nadie se entera de nada. Bueno, al menos si todo va bien.
Y es que a los ricos les molestan los pobres. Los Rockfeller, Gates, Hewlett o Packard tiene una sutilísima tesis: para acabar con la pobreza lo mejor es acabar con los pobres. A ser posible antes de que nazcan, más tarde, empieza a gustarles la vida y podrían rebelarse.
A lo que se une esta otra: la investigación científica, especialmente la que puede dar mucho dinero, exige mártires, aunque sean mártires a la fuerza. Por ejemplo, en Burkina Faso.