Christine Lagarde (BCE) no se atreve a retirar los estímulos monetarios a pesar de la mejores perspectivas económicas
¡Más madera! El impacto económico del coronavirus será peor de lo inicialmente previsto, lo que ha llevado a la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a anunciar este jueves la ampliación del Programa de Compras de Emergencia para Pandemias en otros 600.000 millones de euros. Si los sumamos a los 750.000 millones iniciales, el programa alcanza ya los 1,35 billones de euros.
El plazo del programa también se ha ampliado y pasa de diciembre de 2020 a junio de 2021, de momento. Si la crisis continúa, el plazo se extenderá todavía más.
El panorama es sombrío y no sólo porque, según el BCE, la recuperación no será en V (el crecimiento será del -8,7% este año, del 5,2% en 2021 y del 3,3% en 2022), sino porque lo que ha hecho Lagarde este jueves es dar todavía más facilidades para que los políticos irresponsables emitan más deuda pública, véase, por ejemplo, Pedro Sánchez.
Los 600.000 millones adicionales del BCE se traducen, así, en más deuda pública que tendremos que pagar los contribuyentes. Tranquilos, serán nuestro nietos o bisnietos los que se den de bruces con el problema, porque, de momento, el BCE ha decidido mantener los tipos de interés actuales. Lógico: en el momento en el que los suba, no sólo se acabará la fiesta, sino que será el llanto y rechinar de los bolsillos.
Bueno, en realidad, esa situación se dará en algún momento, aunque los tipos sigan en el cero, o cercanos al cero por ciento.
En resumen: los 1,35 billones de euros del BCE no van a estimular la economía, sino la irresponsabilidad de los políticos. Si al menos utilizaran la deuda para reindustrializar, y no para comprar votos con subvenciones.