• El presidente turco muestra su lado más beligerante durante la reunión del B20, celebrada en Ankara.
  • En otras palabras: la gran apuesta internacional de FG puede estallarle en cualquier momento.
  • A pesar del desastre turco, FG sigue gobernando la entidad a sus anchas.
  • Nadie se atreve a plantear la sucesión, ni vía González-Páramo, ni vía Saenz de Tejada, ni vía Goirigolzarri.
  • Mientras, el banco busca salir de Portugal.
No se equivoquen: la gran apuesta internacional de Francisco González (en la imagen) no es México. La decisión de entrar en el país norteamericano no fue de FG sino de Emilio Ybarra. Es más, el actual presidente del banco renegó de México tras los atentados del 11-S. No, la gran apuesta de FG es Turquía. Y para llevarla a cabo no ha escatimado recursos económicos. La aventura comenzó en 2010 con la compra del 25% del Turkiye Garanti Bankasi por 4.200 millones de euros, financiados con cargo a una ampliación de capital de 5.000 millones. Y en julio de este año, el banco ha cerrado la compra de otro 14,89%, previo pago de 1.854 millones de euros. La operación tendrá un impacto negativo en las cuentas del tercer trimestre de unos 1.800 millones. Todo esto para entrar en un país gobernado por el fundamentalista islámico, Recep T. Erdogan. Bajo su mandato, Turquía ha pasado de querer entrar en la Unión Europea a ser el mayor enemigo del Viejo Continente. El presidente turco, además, no se corta un pelo, y menos cuando ejerce de anfitrión. Quedó claro el pasado fin de semana, durante la Conferencia del B20, celebrada en Ankara –paralela a la reunión del G20- y a la que asistieron grandes empresas como, BBVA, Santander, Telefónica, Repsol, Iberdrola, Técnicas Reunidas, etc. El caso es que Erdogan mostró su lado más beligerante y aprovechó su discurso para arremeter contra los presentes y contra Europa. La excusa: la crisis migratoria. Y no fue el único. El primer ministro, Davutoglu, no quiso ser menos y también abroncó a los asistentes. Se pueden imaginar las caras de estupor de los invitados, sobre todo de los que tiene intereses en el país, como BBVA. Visto lo visto, y vista la actitud de Erdogan con los terroristas del Estado Islámico, está claro que cualquier aventura empresarial en Turquía tiene un riesgo muy elevado. En otras palabras, la gran apuesta internacional de FG puede estallarle en cualquier momento, a pesar de que ha situado al frente de Garanti a un hombre de su confianza, Manuel Galatas. Pero la situación es complicada. Un dato: tras la citada compra, en verano, del 14,89% de Garanti, JP Morgan decidió reducir su participación en BBVA, del 3,7% al 1,9%. Los experimentos, con gaseosa. En las oficinas centrales de BBVA,, en Madrid, también son conscientes de que la obsesión de FG por Turquía puede acabar en desastre. Ahora bien, nadie se atreve a levantar la voz y plantear la sucesión del presidente-consejero delegado, ni vía José Manuel González-Páramo, ni vía Jaime Sáenz de Tejada, ni vía José Ignacio Goirigolzarri, previa fusión BBVA-Bankia. Por cierto, el traslado al nuevo complejo situado en el barrio madrileño de Las Tablas, no ha calmado las pugnas internas entre los veteranos del banco –analógicos ellos- y los nuevos –digitales, la mayoría-. Y mientras ocurre todo esto, el banco retoma la idea de abandonar Portugal, un mercado que no se le ha dado nada bien. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com