• El FROB cifra en 780 millones de euros la cantidad máxima a indemnizar a los suscriptores de la OPV de Rato.
  • Y eso mientras aún no ha terminado la instrucción del juicio.
  • El juicio por la OPV de Bankia se ha convertido en el reino del absurdo.
  • El juez Andreu parce ilusionado con poner contra las cuerdas a decenas de Vips.
  • Se está exagerando la nota, tanto en el caso de la OPV como en el de las tarjetas opacas.
  • ¿Sabían que Bankia, tras su salida a bolsa, cotizó por encima de la media del sector bancario y del Ibex 35?
  • Lo que se demuestra en Bankia es que el verdadero error no fue la gestión de Rato sino la nacionalización de Rajoy.
  • En el país del melodrama, nadie renuncia a exagerar el caso Bankia… en nombre de la lucha contra la corrupción, naturalmente.
  • Investíguese si Rato dio créditos dolosos y, si hubiera dolo en ese punto, macháquesele, pues es lo que nos ha salido caro, muy caro, a los españoles. Pero no por tarjeblacks, ni opeúves.

El Gobierno, a través del FROB, ha decidido cifrar en 780 millones de euros la cantidad con la que indemnizar a los perjudicados por la oferta pública de venta de acciones (OPV) de Bankia, que llevara a cabo Rodrigo Rato (en la imagen junto a Rajoy) cuando era presidente de la entidad. Esa cifra se concreta en las contingencias -el remanente, que hay que aportar, para entendernos- para las actuales cuentas de la Bankia que lidera José Ignacio Goirigolzarri y su principal accionista, el FROB… que tanto monta, monta tanto, dado que uno y otro son el Estado y unos pocos accionistas. Por cierto, antes de seguir, el Consejo de Administración de Bankia decidió ayer jueves proponer a la Junta de Accionistas el pago de un dividendo de 202 millones de euros a sus accionistas (1,75 euros por acción) con cargo al beneficio de 2014.

Ahora bien, el propio Goiri está enfadado por este rasgo de generosidad del Gobierno Rajoy y del ministro Luis de Guindos, con los presuntos perjudicados de la OPV de Bankia. El Gobierno se rinde antes de luchar, cuando el juez Andreu aún instruye la causa y cuando faltan por presentar distintos informes, entre ellos uno de la propia Bankia que ultima uno de los grandes especialistas españoles en contabilidad financiera, Rubén Manso.

Al parecer, en periodo electoral, el Gobierno es tremendamente generoso con el dinero de los españoles. Antes de saber si va a ganar por lo penal, ya provisiona contingencias e incluso cifra el quebranto

Para entendernos, en Bankia hubo dos tipos de compradores de acciones: los institucionales -gente de presunta cultura financiera- que se quedaron con el 40% de la OPV de Bankia (algo más de 3.000 millones de euros) y particulares, que se quedaron con el 60%.

Hombre, que Rodrigo Rato, hoy el malo de la película, consiguiera engañar a los principales fondos, bancos y aseguradoras del mundo mundial acerca del verdadero valor de los que compraban, es algo dificilillo de creer.

Por tanto, el 40% no tiene por qué cobrar un céntimo, supuesto y no admitido que la esencia de la cuestión fuera cierta: es decir, que se hubiera engañado al suscriptor. Personalmente, lo dudo.

En segundo lugar, estaban los particulares. Que se quedaron con un 60%, a 3,75 euros por acción. Ahora bien, entre estos hay que distinguir dos tipos. Por una parte, están los que vendieron enseguida. Estos no perdieron o perdieron menos de lo que cualquier inversor. En aquel momento el sentido de la bolsa era bajista y, asómbrense, durante los primeros seis meses tras la OPV de Bankia resulta que la entidad cotizó mejor que la media del sector y por encima del Ibex35. Sí, así fue. En cualquier caso, tienen guasa algunas reclamaciones que solicitaban 3,73 euros por título cuando los habían vendido a 3,60. En cualquier caso, si vendió en el secundario ya no fue Bankia quien le vendió.

Otra cosa es los que se quedaron con sus títulos y tras la nacionalización (el verdadero error de todo este proceso consistió en la nacionalización de Rajoy, no en la gestión de Rato) acudieron a un canje devastador, donde les cambiaron una acción nueva por cada 100 antiguas, a 1,40. En plata, que perdieron más del 99% de la inversión. Pero eso no fue Rato, fue el FROB, el Ministerio de Economía, el Gobierno Rajoy.

Hablando en plata: cada cual compró Bankia porque le dio la realísima gana. No creo que haya lugar a estafa. ¿O es que los tontos en España nublan el sol, en especial los tontos cualificados? En este punto, no es de extrañar que Rodrigo Rato haya pedido un informe del Banco de España, entidad supervisora de Bankia que tuteló todo el proceso. Naturalmente, el juez Andreu se lo ha negado.

Pero al magistrado le hace ilusión, mucha ilusión, poner contra las cuerdas a un grupo de poderosos, entre los que se cuentan políticos de izquierda y de derecha, sindicalistas, empresarios, vips de diversas  ralea y hasta un ex vicepresidente del Gobierno. Y al Ejecutivo Rajoy le hace ilusión librarse de cualquiera que les pueda hacer sombra y romper con un pasado que consideran lamentable (el pasado aznarista, al que pertenece Rajoy, pero dejemos eso).

Y algo parecido ocurre con la tarjetas negras. Una chorrada que se está utilizando para poner en el disparadero a mucha gente por algo que sí, está mal, pero como vivimos en el país del melodrama, todo el mundo exagera a conveniencia. Ya saben, para luchar contra la corrupción que nos invade.

Investíguese si Rato dio créditos dolosos y, si hubiera dolo en ese punto, macháquesele, pues es el que nos ha salido caro, muy caro, a los españoles. Pero no por tarjeblacks, ni opeúves.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com