• Los árabes podrían prorrogar el plazo de entrega del 'megaproyecto' hasta la primavera de 2018.
  • Esto supondría un paso para hablar del otro gran problema: los sobrecostes.
  • Mientras, la ministra de Fomento se niega a ejercer como tal y a someterse a control parlamentario.
  • Y paralelamente, el AVE sigue constituyendo polémica en España: ¿AVE o Cercanías?, ¿'lujo' o servicio 'proletario'?
Desde mediados de marzo, el AVE La Meca-Medina es objeto de noticia por diversos problemas. De hecho, el presidente de Renfe y del consorcio español adjudicatario del 'megaproyecto', Pablo Vázquez (en la imagen), tuvo que trasladarse a Arabia Saudí. Y parece que el viaje no ha sido en balde, pues podría haber ganado tiempo, pero no dinero, por ahora. Según informó elEconomista hace un par de días, los árabes podrían prorrogar el plazo de entrega del AVE hasta la primavera de 2018. Es decir, darían 14 meses más a los españoles, pues el 'megaproyecto' acumula retrasos. Aunque la culpa no es sólo del consorcio que preside Vázquez, también de las empresas chinas y saudíes, que tardaron más de lo previsto en realizar su parte de la obra. El presidente de Renfe se ha traído en la maleta un compromiso por parte de la Saudí Railway Organization (SRO) el compromiso para negociar el reconocimiento de los atrasos acumulados. Y esto ya es un gran avance, pues supondría un paso para hablar del otro gran problema: los sobrecostes. Recuerden que los árabes no están muy dispuestos a poner más dinero de los 6.700 millones de euros presupuestados, a pesar de que han pedido cosas que no estaban en el contrato inicial… Claro que por si todo esto fuera poco, también hay problemas en el seno del consorcio español. Todos sus miembros coinciden en que el Ceo, Santiago Ruiz, debe cesar. Unas tensiones que han quedado más que patentes al conocerse que Ruiz no ha acompañado a Vázquez en su reciente viaje a Arabia Saudí. Además, también se ha cuestionado a éste último y si no se frena el caos, el 'megaproyecto' podría ser objeto de un prearbitraje, que dañaría y mucho la reputación española. Mientras, la ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, se niega a ejercer como tal y mira para otro lado. De hecho, 'pasó' de viajar a Riad junto a Pablo Vázquez y el pasado martes, se negó a someterse al control parlamentario. En esto último, a Pastor le han salido ya varios animadores: su colega de Defensa, Pedro Morenés, y el de Interior, Jorge Fernández Díaz. Claro que esta actitud podría tener consecuencias, pues el Congreso ha aprobado llevar al Gobierno al Tribunal Constitucional (TC) por negarse al control parlamentario. Y paralelamente, el AVE sigue constituyendo polémica en España. Recuerden que sigue pendiente la liberalización del sector ferroviario, pero si no se ha hecho a lo largo de la legislatura no parece que vaya a resolverse con un Gobierno en funciones. Vázquez y Pastor no lograron ponerse de acuerdo. El presidente de Renfe apostaba por liberalizar (es decir, concesionar) Cercanías, que se podría considerar un servicio 'proletario', porque no es rentable, en lugar del AVE, que sería más un servicio de 'lujo'. Mientras, la ministra era más partidaria de liberalizar el AVE, que es rentable en algunas líneas. Sin embargo, requiere cuantiosas inversiones que se tarda dos generaciones, como mínimo, en amortizar: según un informe de Fedea, presentado el año pasado, sólo en la construcción de líneas, nos habíamos gastado más de 40.000 millones. Eso sí, conviene subrayar que liberalizar no es privatizar, sino que el Estado se queda con la propiedad, pero cede la gestión a una empresa privada, según pesupuesto pactado . Y por dicha concesión, la compañía le paga un canon al Estado. ¡El dichoso canon ha sido uno de los culpables de la polémica! Claro que la alta velocidad española también entró en el escenario político. Hace unos meses, Ciudadanos metió el dedo en la llaga al no considerar prioritario el AVE a Galicia y llegar a hablar de detener el programa AVE. ¿La razón? Con acabar lo que ya hay en marcha, basta, pues España tiene la red de alta velocidad más extensa de Europa, con 3.100 kilómetros, y la segunda más larga del mundo después de la china (19.369 kilómetros). Cristina Martín cristina@hispanidad.com