• El esposo de Liliana Godia, Manuel Torreblanca, abandonó el consejo el pasado enero, tras sus problemas fiscales.
  • Era vocal de la comisión de responsabilidad social corporativa. Se libró de la cárcel al asumir un acuerdo con la Fiscalía exculpando a su esposa.
  • Los buenos oficios de Caixa hicieron que los Godia aceptaran mantener la sindicatura sin estar en el consejo.
Aunque todo se llevó con una gran discreción, lo cierto es que Manuel Torreblanca (en la imagen junto a su mujer, Liliana Godia) salió del consejo de Abertis por sus problemas de fraude fiscal. La compañía sólo explicó a finales de enero que su salida se hacía para "facilitar la reestructuración" del consejo, la cual tiene como objetivo reducir su número de miembros hasta 15. Un movimiento con el que los Godia perdían influencia, que ahora quieren recuperar. Torreblanca es el esposo de Liliana Godia, heredera junto a su hermana Carmen del patrimonio familiar creado por su padre Francisco Godia. Ambas son dueñas del 48,9% de Inversiones Autopistas, una sociedad limitada que controla La Caixa (51,1%) y es propietaria del 7,65% de Abertis. Por tanto, Torreblanca representaba a la sindicatura Criteria Caixa-Godia, principal accionista de la compañía de infraestructuras (22,67%) que preside Salvador Alemany y tiene a Francisco Reynés como vicepresidente y Ceo, en el consejo. Problemas fiscales. En el verano de 2013, la Fiscalía acusó a Liliana Godia, a su marido, Manuel Torreblanca, y a su primo, Francisco Javier Amat, de "burlar sistemáticamente" el pago del IRPF y del impuesto del patrimonio entre 2007 y 2011. De hecho, les atribuyó varios delitos contra la hacienda pública y les acusó por defraudar 5,7 millones de euros. Torreblanca asumió toda la responsabilidad por el fraude fiscal y exculpó a su esposa. Al final, él y Amat fueron condenados a dos años y a un año de cárcel, respectivamente, aunque las eludieron pagando 216.000 euros y 54.000 euros. Asimismo, la condena incluyó el pago de multas por 2,4 millones (1,4 millones y 1 millón, en concreto) e indemnizar a la Agencia Tributaria con 2,2 millones. Cantidades que se desembolsaron de los 5,2 millones que consignaron en el juzgado en julio de 2013. Además, en septiembre de ese año y en abril de 2014, la familia pagó otros 2,8 millones a la Agencia Tributaria Catalana. Tras todo esto, parece que en Abertis no se vio muy bien que Torreblanca fuera consejero y vocal de la comisión de responsabilidad social corporativa, así que se le invitó a salir. Eso sí, los buenos oficios de Caixa hicieron que los Godia aceptaran mantener la sindicatura sin estar en el consejo. Claro que ahora la familia quiere recuperar esa influencia perdida. Cristina Martín cristina@hispanidad.com